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31 ene 2021

Palabras para Julia

Crónicas musicales… crónicas sobre canciones populares muy reconocidas en el mundo

Texto de Ernesto Pino

    Algún día el poeta español, José Agustín Goytisolo, entra a un taller de mecánica y escucha sorprendido que un obrero canta algo muy conocido para él. Emocionado le pregunta por el origen de la canción y este le responde que no sabe de quien es, pero que la misma, la cantaba su abuela hace muchos años. Se trataba de Palabras para Julia.

    El poeta José Agustín Goytisolo (1928-1999), hace parte de los poetas españoles que vivieron íntegramente sus vidas luchando contra la dictadura del General Franco, desde 1936 hasta la muerte del déspota en 1975. En esa lista se anotaron los poetas consagrados de la llamada Generación del 27; especialmente Federico García Lorca, Miguel Hernández y Rafael Alberti.  Para ellos, las palabras de sus poemas se convirtieron en la llama de aliento permanente de los brigadistas republicanos que defendían la democracia usurpada por Franco. Toda esta epopeya poética, arrancó tras el asesinato temprano de García Lorca en 1936, cuando apenas iniciaba la guerra civil española. García Lorca era uno de los grandes referentes de la poesía ibérica, a pesar de su juventud. Como dijo Ian Gibson, uno de sus biógrafos: «Lorca es hoy el desaparecido más famoso y llorado del mundo entero. Representa a todas las víctimas inocentes de la Guerra Civil… y de todas las contiendas. Su obra es inmensa, su mensaje hondamente fraternal. Cualquier página suya, cualquier verso, cualquier metáfora, puede cambiar una vida». Lorca, el de los versos mas musicales e inofensivos (Y que yo me la lleve al río/, creyendo que era mozuela, pero tenía marido/, fue la noche de Santiago, y casi por compromiso/, se apagaron los faroles, y se encendieron los grillos...), con su muerte prendió una trinchera poética en defensa de la libertad y la democracia. Igual pasó mas adelante con el poeta Miguel Hernández, hombre humilde, pastor de ovejas, trovador inmenso de la tierra, el hijo del rio, de las flores y de las abejas; quien enfermo de tuberculosis, murió en la cárcel, hostigado y castigado por la dictadura (para la libertad/sangro, lucho, pervivo/ para la libertad/ mis ojos y mis manos/ como un árbol carnal, generoso y cautivo/doy a los cirujanos…), cuyos versos posteriormente fueron cantados magistralmente por Serrat. También, su poema Andaluces de Jaén, en el trascurso del conflicto los republicanos lo recitaban como un signo de tenacidad. Alberti, por su parte; era el poeta que llevaba el mensaje directo a las milicias y convirtió su poema A galopar en un himno de la resistencia contra el fascismo (a galopar, a galopar/hasta enterrarlos en el mar/ Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie/ que es nadie la muerte si va en tu montura/ galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo/ que la tierra es tuya); los mismos, que mas adelante tendrían la música y la voz del cantautor español Paco Ibáñez.

    Por su parte José Agustín Goytisolo, era apenas un niño de 8 años cuando comenzó la Guerra civil española, pero los acontecimientos que sucedieron en ese periodo marcaron lo que en adelante seria su camino de gran poeta y su militancia en la lucha contra la dictadura de Franco: el 17 de marzo de 1938, Julia Gay, la madre de José Agustín, en una calle de Barcelona, fue victima de un bombardeo aéreo inesperado, del bando franquista. Su cuerpo nunca apareció y las autoridades del momento solo entregaron a la familia varias bolsas de regalos que Julia había comprado para los niños Goytisolo. Mas adelante José Agustín fue expulsado del colegio cuando se atrevió a quemar un retrato del General Franco. Ya había decidido que su ejercicio como ciudadano en adelante seria el de confrontar la dictadura bajo ciertos principios morales y políticos y una renovada atención al lenguaje y la lírica; para lo cual conformó un grupo intelectual que se llamaría la Generación del 50, con los poetas Gil Biedma y Carlos Barral. Dice la critica literaria, que la inexplicable y brutal desaparición de la madre, seria el impulso mayor para que los hermanos Goytisolo abrieran la puerta literaria para buscarla a ella a través del tiempo y del espacio (se recuerda, que los hermanos de José Agustín, Juan y Luis; son también reconocidos escritores españoles).

    Incluso el padre de los Goytisolo, durante mucho tiempo en su propia casa silenció el nombre de Julia Gay, su esposa. Julia, un nombre que muchos años después se repetiría en ese hogar y en muchos hogares de España y de Latinoamérica.

    Dicen que el encuentro entre la música y la poesía es circunstancial y extraño como le ocurrió a Goytisolo y al cantautor, también español, Paco Ibáñez.

    En el año 1969, en el aniversario del esplendoroso movimiento estudiantil de mayo del 68; Paco Ibáñez fue invitado a cantar en la Universidad de La Sorbona de Paris, en el salón Richelieu, que se quedó corto porque los estudiantes empezaron a llenar todos los espacios hasta hacer “sudar las paredes”, como diría el mismo Paco quien fue presentado como “La voz libre de España”, en dos cartelitos pegados a una pared. De alguna manera este recital se repitió en diciembre de ese mismo año en el famoso teatro Olimpia de Paris y haría universales las canciones de Paco Ibáñez. Una multitud increíble invadió el aforo del Olimpia y Paco Ibáñez acompañado tan solo de una guitarra, realizó uno de los conciertos mas asombrosos sucedidos en ese teatro, aprovechando el fervor que existía en Francia con la lucha estudiantil y el espíritu de resistencia en contra de la dictadura del llamado Generalísimo Franco (a quien Paco irónicamente le llamaba el Criminalisimo). Paco, de la mano espiritual de Gorges Brassens; según Ibáñez, el mas grande cantautor francés, y su padre musical, cantó poemas desde el Arcipreste de Hita, Jorge Manrique, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, hasta García Lorca, Rafael Alberti y Miguel Hernández. Era una línea en el tiempo de la gran poesía, que Ibáñez reivindicaba cantando versos magníficos elaborados desde el siglo XV hasta el siglo XX; y que seguían incólumes y ahora revividos a través de la música. Fue tan apoteósico el concierto con un publico exaltado, que la madre de Paco, presente en el evento, comentó feliz: “Todos estos no saben que gracias a mí están aquí”.

    Pero Paco Ibáñez, también interpretó aquella noche varios poemas de José Agustín Goytisolo. Los mismos que el artista había conocido en Paris, a través del también poeta español y exiliado, José Miguel Ullan. Cantó Hombre de buen provecho: me lo decía mi abuelito/me lo decía mi papa/me lo dijeron muchas veces/y lo olvidaba muchas más…La vida es lucha despiadada/nadie te ayuda, así, no más/y si tú solo no adelantas/te irán dejando, atrás, atrás…Anda muchacho y dale duro/la tierra toda, el sol y el mar/son para aquellos que han sabido/sentarse sobre los demás. Cantó El lobito bueno: Érase una vez un lobito bueno/al que maltrataban todos los corderos…Y había también/un príncipe malo/una bruja hermosa/y un pirata honrado…Todas estas cosas había una vez/cuando yo soñaba un mundo al revés. Y luego cantó Palabras para Julia.

    En 1962, cuando Goytisolo e Ibáñez, no se conocían, el músico lo visitó en su casa de Barcelona, y en medio de la reunión les cantó las canciones mencionadas (Hombre de buen provecho y el Lobito bueno). Terminada la reunión, Goytisolo emocionado le regaló a Ibáñez unos versos en borrador, donde aparecía el poema Palabras para Julia. Ibáñez, enseñado ya a traducir en notas musicales poemas de grandes autores, hizo lo mismo con Palabras para Julia y lo convirtió en el himno universal de la esperanza.

    Cuando Goytisolo escribió el poema, Julia su hija era apenas una niña colegial que por supuesto no alcanzaba a medir la trascendencia del mismo. Ella realmente lo asumió muchos años después cuando el poema ya era canción en la voz profunda de Paco Ibáñez. Tanto críticos literarios de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde existe una catedra que estudia al poeta, como la misma Julia Goytisolo están de acuerdo que este poema refleja el deseo del autor de que su madre Julia Gay lo hubiese escrito para él; como parte de ese vacío y esa búsqueda inquebrantable que sucedió después de la tragedia del bombardeo donde ella murió. Julia Goytisolo, así lo expresa cuando dice que el poema debería llamarse Palabras de Julia y no Palabras para Julia. Además, también los expertos coinciden en que este poema realmente José Agustín, lo escribió para si mismo, como efecto del drama que vivió siendo un niño. El efecto del hecho es tan grande para la vida de la familia y para la construcción literaria de José Agustín, que el nombre de Julia Goytisolo lo puso el padre del poeta como un homenaje a su desaparecida esposa:  Para esa familia, siempre todo giró alrededor del nombre de Julia. (Ver https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible).

   En nuestro continente, la canción se convirtió en un himno de resistencia contra las dictaduras de los años 70: En Uruguay (Bordaberry), en Chile (Pinochet) y en Argentina (Videla). Muchos de los presos políticos en esos países pusieron el nombre de Julia a sus hijas nacidas en cautiverio y la canción era una voz de esperanza para los detenidos; igual, también fue una voz de multitudes en las protestas contra estos gobiernos de facto.

   Este poema-canción, independientemente de su profunda raíz política en la resistencia contra la dictadura del General Franco en España, se ha convertido en un canto que podría entonar cualquier padre a sus hijos, como una balada emotiva, casi triste, elemental y con un contundente mensaje de esperanza y de exaltación a la vida, que parece parte de un testamento familiar y de un gran abrazo solidario y filial para un hijo que ineludiblemente seguirá caminando por el mundo. Es una canción destinada a trascender en el tiempo por encima de la tecnología, de los sistemas sociales, de la evolución de la especie; eso si, mientras los habitantes del mundo no pierdan su condición humana.

   Solo retomo un verso del poema que no está en la canción. Hija mía es mejor vivir/ con la alegría de los hombres/ que llorar ante el muro ciego; y que la critica literaria de la universidad de Barcelona, lo presume hipotéticamente: Es mejor vivir la vida, aún con todas las dificultades y con el premio de una sonrisa, que crear un clamor rutinario como ha sucedido históricamente con el muro de las lamentaciones del pueblo judío (Ver https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible).

   Éste es un poema que gracias a la música que le puso alas, se volvió mas famoso que el poeta.

   Finalmente; José Agustín Goytisolo, el gran poeta español, el hombre que extrañamente recitaba de perfil, murió en 1999, al caer de una ventana del tercer piso de su vivienda; cuando lo acosaba una profunda depresión, lo que dio lugar a un pretendido suicidio, versión que la familia rechazó y, por el contrario, anunció su deceso como un desafortunado accidente.

   PD: Activa el link de la canción arriba y canta con la letra la versión original interpretada por Paco Ibáñez. Se transcribe la letra de la canción de Paco Ibáñez, quien acomodó la mayor parte de los versos a su condición sonora. Posteriormente se incluyen aquellas estrofas del poema original no contenidos en la canción, tal cual aparecen en el libro “Palabras para Julia y otras canciones” de José Agustín Goytisolo con prólogo de Manuel Vásquez Montalbán. Se advierte que la canción tiene aproximadamente 30 versiones musicales en la voz de artistas como Mercedes Sosa, Tania Libertad, Liliana Herrero, Rosa León, Kiko Veneno, Los Suaves (versión rockera); sin dejar por fuera las muy emotivas versiones aficionadas que se cantan a coro en las reuniones de amigos y familiares.

PALABRAS PARA JULIA

José Agustín Goytisolo con música y voz de Paco Ibañez.

Tú no puedes volver atrás,

porque la vida ya te empuja,

como un aullido interminable, interminable.


Te sentirás acorralada,

te sentirás perdida o sola,

tal vez querrás no haber nacido, no haber nacido.


Pero tú siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti, pensando en ti

como ahora pienso.


La vida es bella ya verás

como a pesar de los pesares

tendrás amigos, tendrás amor, tendrás amigos.


Un hombre solo, una mujer,

así tomados, de uno en uno

son como polvo, no son nada, no son nada.


Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti, pensando en ti, como ahora pienso.


Otros esperan que resistas,

que les ayude tu alegría,

que les ayude tu canción, entre sus canciones.


Nunca te entregues ni te apartes,

junto al camino, nunca digas:

no puedo más y aquí me quedo, y aquí me quedo.


Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti, pensando en ti como ahora pienso.


La vida es bella ya verás

como a pesar de los pesares

tendrás amigos, tendrás amor, tendrás amigos.


No sé decirte nada más

pero tú debes comprender

que yo aún estoy en el camino, en el camino.


Pero tú siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti, pensando en ti, como ahora pienso...


Versos del poema original, no incluidos en la canción:

Hija mía es mejor vivir

con la alegría de los hombres

que llorar ante el muro ciego.


Yo sé muy bien que te dirán

que la vida no tiene objeto

que es un asunto desgraciado.


Pero yo cuando te hablo a ti

cuando te escribo estas palabras

pienso también en otros hombres.


Tu destino está en los demás

tu futuro es tu propia vida

tu dignidad es la de todos.


Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es

será todo tu patrimonio.