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31 mar 2021

Oh que será

Crónicas musicales… crónicas sobre canciones populares muy reconocidas en el mundo

Texto de Ernesto Pino

 Con solo nueve años y por razones familiares, Chico Buarque viajó a Italia. Antes de partir le dijo a su abuela Heloisa: “Abuelita, ya estás vieja y sé que no te veré más, pero seré cantor para que cuando tengas saudades prendas la radio y me escuches desde el cielo".

 Brasil, es un país hermano de Latinoamérica que, a pesar de hablar en portugués, tiene miles de cosas comunes a los países del trópico; especialmente su música alegre, ruidosa y feliz que desde tiempos lejanos se ha configurado como la melodía tradicional de las fiestas del pueblo, hasta hacer pensar que Rio de Janeiro y Barranquilla son ciudades hermanadas por el cordón umbilical de sus maravillosos carnavales. Brasil es sinónimo de samba, ese ritmo afrobrasilero que se baila en ese país desde el siglo XVI, pero que solo llegó a las ciudades en el siglo XIX. Es el mismo baile con música de comparsa que hizo famoso los carnavales de Rio de Janeiro y que se convirtió en un hito de excelsa identidad internacional del país brasileño: en un hecho irrepetible en el mundo, el sambodromo de Rio de Janeiro muestra cada año las mejores escuelas de samba llena de mujeres felices y voluptuosas, solo adornadas de plumas y lentejuelas.

 En esa raíz, en los años 20 del siglo XX, apareció el ritmo del Bossa Nova como un género musical de la música popular brasileña derivado de la samba y con una fuerte influencia del jazz. Es una versión de la samba originalmente ruidosa y carnavalesca, como un ritmo de salón, mas tranquilo, mas lirico, mas intimo y si se quiere mas poético y mas romántico; como una balada española o italiana, pero cantada en portugués. Este ritmo iría a caracterizar la nueva música popular brasileña durante la segunda mitad del siglo XX, en las voces y en la composición de artistas como el guitarrista Joao Gilberto con la cantante Elizeth Cardoso (“Chega de saudade”), Tom Jobim y Vinicius de Moraes (los de “La chica de Ipanema”), y otros menos conocidos en nuestro medio, como Flora Purim, Edu Lobo, Airto Moreira, Badem Powell, etc.

 Pero toda esa onda creciente y tranquila de la nueva música brasilera, que era eco de una década musical prodigiosa con los sorprendentes ritmos del jazz, el rock, la salsa y un clamor juvenil de cambio extendida en el mundo entero; de alguna manera, se quebró con la instauración de una dictadura militar en Brasil: en efecto, el gobierno democrático de  Joao Goulard, fue abruptamente derrocado por un grupo de militares encabezados por Castello Branco, quien comenzó un periodo dictatorial a partir del año 1964 y que se extendería hasta 1985. Estos periodos de dictadura normalmente se caracterizan por un ejercicio del poder autoritario que elimina todas las garantías jurídicas de los ciudadanos y calla sin titubeos el simple derecho de la libertad y las mínimas manifestaciones de oposición.

 Sin embargo, en ese hueco negro del miedo y del silencio rotundo, apareció la voz de un chico de tan solo 20 años, llamado Chico Buarque; a quien solo le bastó una guitarra y varias canciones para ser el portavoz del rechazo del pueblo a un régimen despótico.

 Casualmente, Buarque y el presidente dictador Garrastasu Medice crearon una paradoja increíble a través del Futbol: El presidente, posiblemente el mas cruel de todos los dictadores que le antecedieron y le sucedieron, visitaba el estadio Maracaná, todos los domingos con el animo de reflejar una figura inocente con su radio pegado al oído, al tiempo que en las cárceles se torturaba a la oposición; mientras tanto Chico Buarque fanático del club Fluminense de Rio de Janeiro, jugaba al futbol después  de los conciertos y muchas veces al amanecer, mientras la dictadura le mantenía un radar de control permanente. En el año 1970, Buarque grabaría la canción A pesar de voce, dirigida a este nefasto presidente, Garrastasu Medici. Se resalta que el Rey Pele, quien había renunciado a la selección fue presionado por la dictadura para que jugara el mundial de Méjico 70, donde a la postre sería Brasil campeón. Pele siempre mantendría una postura acomodada al régimen lo que le traería muchas criticas de los artistas, especialmente de Buarque (Ver Pele, película documental en Netflix).

 A Chico Buarque el destino le tejió una vida musical exitosa en medio del drama que genera el miedo y la impotencia en una dictadura militar.

 Perteneciente a una clase media intelectual, desde niño forjó un espíritu de artista, influenciado por un ambiente lleno de arte, literatura y música. Su padre, Sergio Buarque era un historiador reconocido, autor del libro Raizes do Brasil, que ha sido texto obligado en la academia de ese pais. Su hogar era permanentemente visitado por muchos artistas en boga, pero especialmente por uno: Vinicius de Moraes, el gran poeta y musicologo brasilero. Era una casa de puertas abiertas, tanto, que alguna vez, un adulto entró a la casa, le pidió dinero a su padre, saludó a un hermano que entraba, mientras sostenia un pequeño televisor en sus manos: era un ladrón, que solo fue reconocido por la madre de Chico, quien con un grito lo reconoció (Ver “Chico Buarque”, Regina Zappa).

 Dice el mismo Chico, que parte de su afición a la musica habia nacido, despues de escuchar insistentemente la radio que poseía, su nana cuidadora, una india amazónica, a quien llamaban cariñosamnete Babá y quien era la unica autorizada a escucharla. Era la radio el unico medio de transmision permanente de canciones en la decada del 40.

 En 1966, a sus 22 años, Chico Buarque ganó el concurso de música popular brasilera con la canción A Banda, y compartió el primer lugar con la canción “Disparada”, del dúo Geraldo Vandré y Théo de Barros. Buarque reclamó que esa canción estaba al mismo nivel de la suya y no debía perder: ese hecho mostró una condición humana insuperable en el artista, su generosa honradez. A Banda, conmovió las radios en Brasil, porque sutilmente era una alusión de protesta contra la dictadura. Incluso, el conocido periodista Nelson Rodrigues del diario O Globo, manifestó impresionado: “A Banda se instaló en la historia. El pueblo ya no silbaba, volvió a silbar gracias a Chico. Sepan ustedes que un dia entré a casa y encontré a mi mujer y a mi hijita Daniela con los ojos húmedos. Acababan de escuchar “A Banda”. Días después, yo también escuché la marcha genial, y tuve ganas de salir de casa, de sentarme en la acera y comenzar a llorar” (Ver “Chico Buarque”, Regina Zappa). La canción rápidamente fue prohibida, pero su música ya estaba grabada en la conciencia de los ciudadanos de a pie, quienes disimuladamente la silbaban en las calles y en las reuniones.

 Fue la época en que Buarque por seguridad, se resguardó en Italia, donde todavía pasaba desapercibido como cantante suramericano. Allí compartió con el gran futbolista Garrincha en compañía de la famosa cantante Elsa Soarez: decía Chico que los romanos empezaron a reconocerlo porque andaba con el jugador a quien le pedían los autógrafos. En Roma, le tocó ganarse la vida cantando como telonero de la gran cantante Josefine Baker (la gran bailarina norteamericana, despreciada en su país por negra y estrella en Europa por talentosa).

 Chico nunca ha tenido filiaciones políticas o religiosas, pero siempre ha sido un defensor inquebrantable de la justicia y de la libertad; aunque siendo un adolescente y siguiendo la manía religiosa de jóvenes estudiantes aristócratas, casualmente compañeros de colegio, se afilió a la TPF (tradición, familia y propiedad), una organización fascista de inspiración medieval y que practica un catolicismo ultraconservador. Esta secta se promocionaba con el argumento falaz de que el mundo se iba a acabar y que solo sus fieles se salvarían. Esto despertó las alarmas de una familia liberal y abierta como la suya y Chico fue enviado a un colegio diferente, hasta que le pasó la fiebre de pertenecer a esta logia. (Ver “Chico Buarque”, Regina Zappa).

 De nuevo en Brasil, continuó con su saga musical y a ojos de la censura militar, Chico se dejó llegar con varios himnos de música popular contra la tiranía; sin perder el estilo de las letras mordaces e inteligentes y con ritmos tan pegajosos que inmediatamente los brasileños las aprendían. Canciones como Construcao (La Construcción), el relato de la desesperanza de los obreros de pico y pala), Calice (Cáliz), bello poema de la impotencia: Tanta mentira, tanta fuerza bruta/ Aun callado el pecho, la cabeza queda/ Quiero inventar mi propio pecado/ Quiero morir de mi propio veneno…); Deus lhe pague ( Dios le pague), una fina sátira a los desvelos de la dictadura ( por ese pan de comer/ y el suelo para dormir/ registro para nacer/ permiso para reír/ por dejarme respirar/ y por dejarme existir/ dios le pague). O, A pesar de voce.

 A pesar de voce (A pesar de usted), Buarque la compuso y la cantó en 1970, después de su regreso de Italia. Una melodía sutil, contagiosa y de una sugerente ironía, se fue extendiendo como una plaga entre la gente de los hogares y de las calles y se convirtió en un himno contra la dictadura. Por supuesto fue censurada por los militares, pero ya tarde, porque la gente, igual que La banda, la cantaba y la silbaba en los cafés, en las reuniones, en las calles, en los estadios, en las universidades, en los colegios: en los conciertos, Chico empezaba con un toque de guitarra y como A pesar de voce, estaba prohibida, los asistentes emocionados, la cantaban en un coro imposible de callar:  hoy es usted el que manda/ lo dijo, está dicho, es sin discusión, no?/ toda mi gente hoy anda, hablando bajito/ mirando el rincón, vió?/ usted que inventó el pecado, olvidóse de inventar el perdón/ a pesar de usted, mañana ha de ser otro día/ yo quisiera saber, dónde se va a esconder/ de esa enorme alegría…../ a pesar de usted, mañana ha de ser otro día…Para esa época, Chico Buarque siempre perseguido por la dictadura, durante un tiempo de manera ingeniosa, grabó canciones con el seudónimo Julinho da Adelaide; haciendo pensar a los militares que había callado su grito musical y confundiendo a la censura con la aparición posterior de nuevas canciones.

 Fue el momento de Oh que será, que sirvió magistralmente de banda sonora de la exitosa película Doña Flor y sus dos maridos, dirigida por Bruno Barreto, protagonizada por la encantadora actriz brasilera Sonia Braga y el actor José Wilker; y con un guion edificado sobre la maravillosa novela del gran escritor de Bahía, Jorge Amado. La canción es interpretada por la cantante brasilera, Simone.

 Aunque Chico Buarque, nunca manifestó la intencionalidad de la canción, los versos y la música tienen un acorde perfecto con la historia de la película: Doña Flor, una mujer bella, trabajadora y ardiente, se casa y convive con el rufián mas feliz del mundo, vago, irresponsable, fiestero, jugador y dueño de un arte indefinido de la seducción; llamado Vadihno, quien muere pronto, victima de un trance callejero. Ella se casa nuevamente con un personaje de características totalmente contrarias a Vadihno, llamado Teodoro Madureira, serio, rígido, austero, piadoso y con el loable oficio de farmacéutico. Doña Flor cumple con su segundo esposo, pero llevada del aburrimiento de alcoba, evoca a Vadihno quien se le aparece, la seduce y complementa lo que Teodoro no puede. Teodoro a la hora de cometer sus deberes conyugales, además de fijar fechas y horas para el sexo, en la misma faena, ni siquiera se quita la piyama. Doña Flor ante el dilema de rechazar el espíritu amatorio de Vadihno y ser fiel a Teodoro, decide aceptarlos a los dos. Se resalta que Vadihno, hace el mismo gesto procaz que repitió en su momento el profesor Antanas Mockus.

 Esta canción, que se convirtió en apéndice de la novela de Jorge Amado a través de la película, habla de muchas cosas, pero sin una precisión especifica: podría ser el misterioso vuelo del amor, con las pasiones, las alegrías, las tragedias y las infidelidades de Vadihno. Podría ser también, una sutil alusión a las ganas de rebelarse contra toda opresión, sea marital, religiosa o militar. Podría ser la evocación filosófica de entender las cosas que pasan siempre y que la rutina no deja ver; incluso podría ser una jugada musical impensada de Chico Buarque para decir cosas profundas, a veces incomprensibles y burlarse olímpicamente de la dictadura. Se sabe que 16 años después de grabada la canción, se conoció un expediente de la junta militar donde se analizaba la canción oh que será, como un hecho subversivo del arte de la época. (Ver web.renciclopedia@icrt.cu)

 En todas sus concepciones, Oh que será, es una canción extraña, profunda y a veces incomprensible.

 En nuestro medio de lengua española de la música popular, la canción la hizo famosa el músico salsero de Puerto Rico, Willie Colon, quien la interpreta con unos arreglos de gran calidad en el ritmo de salsa; y con una introducción hablada que insinúa el misterio de la canción:

 

Yo creo en muchas cosas que no he visto, y ustedes también, lo sé.

No se puede negar la existencia de algo palpado por más etéreo que sea.

No hace falta exhibir una prueba de decencia de aquello que es tan verdadero.

El único gesto es creer o no. Algunas veces hasta creer llorando.

Se trata de un tema incompleto porque le falta respuesta; respuesta que alguno de ustedes, quizás, le pueda dar.


PD: Activa el link de arriba, con las versiones de la canción Oh que será, en portugués por Chico Buarque y en español por Willie Colon y canta con las letras. Las dos son inolvidables.

 

O QUE SERÁ (À FLOR DA TERRA)

Canta en portugués: Chico Buarque

 

O que será que será

Que andam suspirando pelas alcovas

Que andam sussurrando em versos e trovas

Que andam combinando no breu das tocas

Que anda nas cabeças, anda nas bocas

Que andam acendendo velas nos becos

Que estão falando alto pelos botecos

Que gritam nos mercados, que com certeza

Está na natureza, será que será

O que não tem certeza, nem nunca terá

O que não tem conserto, nem nunca terá

O que não tem tamanho.

 

O que será que será

Que vive nas ideias desses amantes

Que cantam os poetas mais delirantes

Que juram os profetas embriagados

Que está na romaria dos mutilados

Que está na fantasia dos infelizes

Que está no dia a dia das meretrizes

No plano dos bandidos, dos desvalidos

Em todos os sentidos, será que será

O que não tem decência, nem nunca terá

O que não tem censura, nem nunca terá

O que não faz sentido

 

O que será que será

Que todos os avisos não vão evitar

Porque todos os risos vão desafiar

Porque todos os sinos irão repicar

Porque todos os hinos irão consagrar

E todos os meninos vão desembestar

E todos os destinos irão se encontrar

E mesmo o Padre Eterno que nunca foi lá

Olhando aquele inferno, vai abençoar

O que não tem governo, nem nunca terá

O que não tem vergonha, nem nunca terá

O que não tem juízo.

 

Laralala….

 

O que será que será

Que todos os avisos não vão evitar

Porque todos os risos vão desafiar

Porque todos os sinos irão repicar

Porque todos os hinos irão consagrar

E todos os meninos vão desembestar

E todos os destinos irão se encontrar

E mesmo o Padre Eterno que nunca foi lá

Olhando aquele inferno, vai abençoar

O que não tem governo, nem nunca terá

O que não tem vergonha, nem nunca terá

O que não tem juízo.

 

OH QUE SERA

Canta en español con versión modificada: Willie Colon

 

(Yo creo en muchas cosas que no he visto, y ustedes también, lo sé.

No se puede negar la existencia de algo palpado por más etéreo que sea.

No hace falta exhibir una prueba de decencia de aquello que es tan verdadero.

El único gesto es creer o no. Algunas veces hasta creer llorando.

Se trata de un tema incompleto porque le falta respuesta,

respuesta que alguno de ustedes, quizás, le pueda dar

Es un tema en tecnicolor para hacer algo útil del amor.

Para todos nosotros, amén).

 

Oh, qué será, qué será

que anda suspirando por las alcobas

que se oye susurrando en versos de trova

que anda combinándonos preguntas locas

que anda en las cabezas, anda en las bocas

que anda ascendiendo por hartos huecos

que están hablando alto en la bodega

y grita en el mercado, qué cosa es esa?

es la naturaleza, será, que será

que no tiene certeza y nunca te da

que no tiene concepto, y nunca tendrá

que no tiene tamaño.

 

Oh, qué será, qué será

que vive en las ideas de esos amantes

que cantan los poetas más delirantes

que juran los profetas emborrachados

está en la romería de los mutilados

está en la fantasía de los infelices

está en el día a día de las meretrices

en todos los bandidos y desvalidos

en todos sus sentidos, será qué será

que no tiene decencia y nunca tendrá

que no tiene censura y nunca tendrá

y le falta sentido.

 

Oh, qué será, qué será

que ningún aviso podrá evitar

que tampoco los presos puedan desafiar

que todos los caminos tendrán que cruzar

donde todos los signos van a consagrar

y todos los niñitos a investigar

y todos los destinos van a encontrar

y el mismo padre eterno que nunca fue allá

al hombre nuevamente lo bendecirán

apagando al infierno su llama final

porque no tiene caso volver a rodar

por la falta de juicio

 

Ohhh, qué será

Ohhh, qué será

Ohhh, qué será

que jura el profeta, canta el poeta, y están gritando en la maqueta

Oh, qué será

(Ohhh, qué será)

que me despierta por la noche, y me hace temblar, me hace llorar

(Ohhh, qué será)

son fantasmas, son los fantasmas, siento la puerta tocar tres veces

Oh, quién será

(Ohhh, qué será)

van suspirando por las alcobas y susurrando versos de trova

ponte a escuchar!

 

(Ohhh, qué será)

no tiene tamaño, y es naturaleza, anda en las bocas y en las cabezas

(Ohhh, qué será)

todos los niñitos lo investigarán y ningún aviso lo podrá evitar

(Ohhh, qué será)

en toda campana repicará, y el que está dormido despertará

(Ohhh, qué será)

son fantasmas, son los fantasmas, siento la puerta tocar tres veces

¡¡¡Oh quién será!!!

 

(Ohhh, qué será)

son fantasmas, son fantasmas, son fantasmas, son fantasmas

oigo la puerta tocar, ay, la puerta tocar

(Ohhh, qué será)

lo vive el bandido, el desvalido

las meretrices, los infelices

el reverendo y el bombero

el presidente, el zapatero

y las maestras y el carnicero

la ciudadana y el extranjero

también el juez y el farandulero

la enfermera, el timonero

el santero, y el marxista

el bodeguero y el masoquista

Oh, ¡qué será!