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18 jun 2010

Mockus, una solución urgente

 (Reflexiones para ciudadanos que nunca han votado por abstención, que nunca han votado la primera vez, que han votado pero están desmotivados)

Con varios argumentos trato de demostrar que nuestro país y sus ciudadanos sin importar distingos ideológicos, de sexo, raza u otra condición social y económica, debe decidir ya su futuro en el corto plazo para el largo plazo de sus descendientes y que la mejor opción en este sentido es la del profesor Antanas Mockus; independientemente casi de que posea o no un programa de gobierno para todos los temas. Veamos porque:

1. Participar en política es una responsabilidad con los demás, sin importar la edad, el sexo o la raza. El mensaje es especial para los jóvenes que no se han dado cuenta que en las elecciones cada 4 años se cambia su destino y no se enteran. No lo digo yo, lo dice el más grande dramaturgo del siglo 20, Bertolt Brecht: “"El peor analfabeto es el analfabeto político. El no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. El no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales". El mensaje del maestro Brecht es muy claro: si no escogemos entre todos una opción libre, honesta y sin presiones; serán los políticos tradicionales quienes amparados en la Ley, decidirán por nosotros con no más del 30% o 40% de representación social, como ha ocurrido desde hace décadas. Si los dejamos a ellos tendremos que aguantarnos hechos socioeconómicos como los siguientes:
- Una pobreza permanente y en crecimiento (Colombia registra hoy las más altas tasas de desempleo y subempleo de América Latina y uno de los mayores índices de concentración del ingreso y de tenencia de la tierra)
- Niveles de violencia de los más altos del mundo, según el indicador de homicidios por cada 100.000 habitantes (además del conflicto con los carteles de la droga, llámense narcos, guerrilla, paramilitares; la delincuencia tradicional esta disparada)
- Altos niveles de corrupción en el manejo de la cosa pública e incluso de los negocios privados (muchos jefes de compra negocian cobrando “peajes“).
- Una seudocultura mafiosa irrigada como un cáncer en toda la sociedad, que ha destruido los valores principales que nos legaron padres, abuelos y bisabuelos: la honradez, la decencia, el esfuerzo del trabajo, la solidaridad, la tolerancia, la bondad, la humildad ante la grandeza del universo y de Dios. Nuestros jóvenes aspiran hacerse ricos a como dé lugar, buscando incluso los atajos de la ilegalidad y la violencia. Ello ha llevado también a que la propiedad en el campo cada vez este más concentrada en pocas manos (desamarrar esto con una reforma agraria ayudaría significativamente a disminuir la pobreza).
- Unos municipios desordenados y anárquicos que no saben cuál es el norte: los políticos definen el rumbo sin conocer la visión de los mismos y en algunos casos aun si lo definen bien, en la práctica solo se realizan los proyectos que tiene que ver con intereses particulares y que no tienen conveniencia de interés general. No olvidar aquella sabia sentencia popular que dice, refiriéndose a la retórica de los políticos tradicionales que todo lo prometen: “prometer para meter y después de haber metido, olvidar lo prometido”.
- Las decisiones vitales en la vida de la comunidad la toman los políticos. Mi amigo El Topo lo interpretaba sabiamente. “Cuando los políticos quieren hacer el bien, lo hacen mal y cuando quieren hacer el mal, lo hacen bien”. Si las decisiones se toman mal, el desarrollo de la sociedad sufre un retraso difícil de recuperar en el tiempo (la educación, la salud, la vivienda, la recreación, la infraestructura física comunitaria; dependen de soluciones políticas). Francia en su estilo socialdemócrata, tiene los mejores recursos humanos ocupados en la gestión gubernamental, porque ellos entendieron que solo los más capacitados pueden darle el rumbo más justo a la sociedad. Los países nórdicos (Finlandia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Suecia) igualmente le apostaron a tomar las mejores decisiones políticas y hoy en día poseen los mejores indicadores de calidad de vida del mundo.
- Una mas y quizás la que ronda en nuestro cerebro de manera escondida como una enfermedad silenciosa: la actitud de desesperanza de que esto no lo arregla nadie y que fácilmente reproduce el modelo perverso de los políticos tradicionales: con una empresa electoral mínima ellos nos sustituyen como sociedad, toman decisiones erradas de futuro, se toman los contratos, los puestos públicos y mantienen una clientela que vota por ellos …… mas desesperanza, hasta que no vemos otra salida que irnos del país, en su mayoría a realizar oficios de baja remuneración y calidad independientemente del nivel educativo.

2. La falsa normalidad de muchas cosas de la sociedad
Esta sociedad ha sido construida sobre falsos dilemas, hasta el punto que hechos de la vida rutinaria de los colombianos son considerados dentro de la normalidad, cuando son todo lo contrario en otras culturas y sociedades más justas.
En años recientes, se editó un excelente trabajo sobre la convivencia en medio del conflicto armado en las comunas nororientales de Medellín, llamado “La Sierra”. Una de las escenas más impactantes enseña un niño sentado en las piernas de su padre en una actitud tierna de amor filial. El niño juega con un arma de verdad, que a su vez es la herramienta de trabajo de su padre que es sicario. Ellos se aman de veras, pero el niño inocentemente cree que como su padre lo quiere, todo lo que hace es normal y es válido. El niño si no se corrige con la educación inexorablemente será sicario como su padre. Igual que esta, existen otras muestras de la anormalidad cultural en que vivimos, como una falsa filosofía de la vida impulsada por ciertos sectores para que nada cambie. Veamos algunas:
- Si usted es un hombre decente que respeta las reglas y las leyes y además respeta conscientemente a los demás, usted es un pendejo. No es necesario el respeto lo que importa es el éxito. Los atajos hacen corta la carrera al éxito, pero acortan mucho más la vida.
- El poder del dinero y la tenencia de cosas materiales por encima del ser personal (ello invalida cualquier pretensión honrada de estudiar y crea los atajos sociales para llegar arriba sin importar como, razón única y perversa de los seudovalores del narcotráfico).
- Si usted no puede calmar el hambre de sus hijos, tranquilo que como usted existen millones que se acuestan sin probar bocado.
- Si sus hijos no pueden estudiar, no se preocupe que el estudio y los títulos y el conocimiento es solo para una elite; los demás que entren al SENA o se queden de vagos recorriendo las calles hasta que no les quede más que delinquir (cuando ocurre, dicen, “así era desde chiquito”).
- Como una expresión popular, los taxistas decían “este Alcalde robó pero dejo los puentes construidos”. Los campesinos lo comentan: “construyeron el puente donde no pasa el rio”. En un proyecto de ciudad para adultos se pretendía enseñarles a nadar a través de videos. Combatir la corrupción hasta sus justas proporciones como lo planteó el expresidente Turbay es un desafuero totalmente anormal y vergonzoso.
- Si no tiene seguro de salud, no importa la mayoría no lo tiene. Si tiene EPS y el medicamento esta fuera del POS, no importa que eso nos pase a todos.
- Si se registran 20 homicidios en un fin de semana, no se preocupe, que antes habían más. En los últimos 50 años la vida nunca ha sido sagrada como debería ser.
- No pagar los impuestos o hacer trampas son trofeos que se exhiben con orgullo.
- No busque lo que no se le ha perdido: por esa calle asaltan, no de papaya mijo.
- Aquí entre nos, en esa casa de color café con persianas, venden droga hace 20 años y la policía sabe.
- Los organismos de control solo investigan grandes delitos cuando sectores de la sociedad civil lo denuncian (caso magnicidios, caso falsos positivos, caso parapolítica, caso “chuzadas,…..”).
- Remato mencionando la teoría del profesor Mockus sobre cómo se toman decisiones en nuestra sociedad, para lo cual existen tres motivaciones, por interés, por emoción y por la razón: Cuando en el sector público o privado (en nuestra empresa o en nuestra casa) se va a tomar una decisión pesan dichas motivaciones, pero generalmente como nuestros valores están distorsionados, generalmente el interés personal choca con el interés general expresado en la razón (la no contaminación del río lo decido socialmente con la razón, pero si mi negocio implica botar desechos en el río, finalmente lo hago sin importarme el bien común). He allí el dilema que tenemos que resolver.
Moraleja: todas estas cosas son anormales y fáciles de corregir si nos ponemos de acuerdo entre todos, si cambiamos de ACTITUD. Solo respetando lo que dice la Constitución del 91, en un plazo corto mejoramos este país, y así entender que hemos vivido todo el tiempo en un infierno, enjabonado con las argucias de los grandes medios de comunicación. Seguro, que después de dar este paso vendrán cosas mejores para Colombia.

3. Soluciones sencillas a problemas complejos:
No podemos pasar del jardín al bachillerato en pocos días. Tenemos que quemar etapas.. Las cosas no cambian de manera espontánea, normalmente es la gente la que decide su destino, son las personas las que de acuerdo a sus decisiones para bien o para mal determinan el rumbo propio y el de otros que intervienen. Cuando uno se levanta en la mañana, uno es el que decide si va a tener un día generoso o infeliz. Recordemos que antes de Mockus, Bogotá era un caos en un ambiente gris y sombrío: la cultura ciudadana con pedagogía hizo pequeños milagros y la capital se hizo más vivible, casi alegre, ordenada y respetuosa y fijó condiciones simples de progreso. Cambiemos la actitud haciendo un nuevo pacto social entre todos con aplicación estricta de la justicia. Cambiemos la seudocultura del narcotráfico que nos atrapó a todos y cambiémoslo por los valores simples que tiene la convivencia con tolerancia y la solidaridad y la honradez de nuestros padres. Eso es así de simple, la condición necesaria y suficiente, para que este país derrumbe los azotes de la pobreza y la inequidad. Sin ello, posiblemente alcancemos algunas cosas que nos aportan la tecnología y la superación individual (más no los sofisticados programas de desarrollo fabricados posiblemente en un escritorio de Harvard o de Oxford, orgullo de estos gobiernos de las últimas generaciones). De ahí no pasamos. Reconstruyamos el país con un nuevo contrato social. Agreguemos a ese nuevo estilo de la urbanidad de Carreño, el cumplimiento de la Constitución de 1991. Renovemos nuestros pensamientos buscando la decencia y el respeto por los demás y ello con los días nos puede corregir mucho este maldito gusano de la corrupción y los atajos que nos carcome y que se nos ha convertido en algo casi natural, casi normal. Finlandia, el país de los celulares Nokia, hizo un acuerdo para impulsar la educación como estrategia de vida hace 20 años, lo hicieron y hoy Finlandia es un país de ensueño, con una fuerza laboral excelente, crecimientos altos y una distribución del ingreso de las más equitativas del mundo. Aprovechemos que los más notables intelectuales y artistas de Colombia apoyan el proceso Mockusiano de la revolución cultural que cambie esta actitud irracional y mezquina del odio y la violencia. A lo mejor la socialdemocracia esta cerca y el rumbo cambie definitivamente. Tenemos la gente para hacerlo. Mockus lo sabe hacer bien, démosle la oportunidad de recuperar la decencia y la dignidad de vivir en este país de soles y de lluvias permanentes y con una gente que a pesar de los males despliega una gracia y una inteligencia infinita.

Posdata1: Implementar la filosofía integral que abarca la legalidad democrática, la revolución cultural, el nuevo contrato social; es una necesidad urgente en la cual todo el país se tiene que reeducar. Tenemos los textos: la Constitución Política de 1991, la Nueva urbanidad de Carreño (por construir) y el Nuevo Contrato Social que interprete la Constitución Política en la calle, en el hogar, en la fábrica, en los negocios, en los sitios de encuentro ciudadano y no solamente en los escritorios.

Posdata2: líneas generales de programa de gobierno: triplicar el presupuesto educativo, enseñar filosofía y valores desde el jardín y la primaria, enseñar tecnología y oficios en la educación media, triplicar el presupuesto en ciencia y tecnología (Venezuela, quien lo creyera, invierte 5 veces más que nosotros).

Posdata3: prepara el voto con anticipación y vota por Antanas Mockus.

Ernesto Pino, Economista Universidad de Los Andes