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23 feb 2011

Pensando en la economía del café

 Quiero tocar algunos temas específicos de la industria cafetera, mas como una reflexión general que el resultado puntual de una investigación, y que de alguna manera tienen que ver con el destino de los Sevillanos, directamente con los actores del sector , sean propietarios, jornaleros o instituciones; e indirectamente con el resto de ciudadanos que se ven afectados con la situación coyuntural del café (cuando cualquier actividad diferente al café, se pone difícil, la gente del común se queja: “el café esta malo”, dicen con sobrada razón, porque buena parte del gasto y la dinámica de los negocios en Sevilla depende de lo que pase con el grano):



1. Persiste la sensación de que después de dos décadas del rompimiento del pacto de cuotas (1989), las regiones cafeteras de los Andes Occidentales (que incluye al Valle del Cauca), tienen una posición relativa de calidad de vida mejor que la que existe con el resto del país; así el café haya perdido participación en la generación de riqueza de la misma región (el valor agregado se redujo en 46% entre 1990 y 2005, según cifras del estudio “Economía, geografía y café en los Andes Occidentales de Colombia de Juan D. Barón) y su frontera agrícola se haya encogido (además de los menores precios del producto, la contrarreforma agraria del narcotráfico debió tener profunda influencia, al convertir grandes cafetales en potreros destinados a la ganadería extensiva). En Sevilla, conocemos realmente lo que sucedió?

2. Aunque para el Valle del cauca, el peso relativo de la contribución del Café a la economía departamental, no ha sido tan representativa, para los municipios del norte del Valle si lo ha sido y de qué manera, hasta el punto que en las poblaciones más pequeñas el café y su generación de riqueza es dominante. En este sentido, los departamentos cafeteros pequeños como el Quindío, lograron insertar en sus economías, alternativas productivas diferentes al café pero relacionadas con su cultura, como es el caso del turismo cafetero (Ver la iniciativa Club Haciendas del Café). En Sevilla esta posibilidad está vedada, sabiendo que camino a Manzanillo la naturaleza premio esta tierra de dos paisajes incomparables y únicos como son, a un lado, la planicie del Valle del Cauca y sus maravillosos atardeceres y la visión espectacular de los nevados del Tolima y del Ruiz, al otro lado?. Hasta qué punto es posible que buena parte de nuestros caficultores busquen este camino del turismo cafetero, se especialicen en la producción de cafés orgánicos y especiales (el informe del Comitecafe del Valle de 2006, habla de la participación de 1.163 caficultores en los programas de cafés especiales, cuántos de ellos son de Sevilla y si han aumentado la cuota en los últimos años, cuanto del capital cafetero obtenido en un año se reinvierte en Sevilla y no se filtra a otras regiones?). Como la infraestructura cafetera está montada, todo lo que mejore la situación económica de los cafeteros en su conjunto debe mejorar la dinámica económica del municipio; porque seguramente la economía municipal debe seguir siendo dependiente del Café. Es bueno insistir, que en teoría económica, disponer de un producto diferenciado como el café en su extrema calidad y de instituciones fuertes que garantizan un mercado los 365 días del año (FEDECAFE, Fondo Nacional del Café, Cooperativas); es una gran fortaleza que se debe complementar con aquellos renglones productivos que a su “sombra” se puedan explotar. Antes que renunciar al café hay que recuperarlo y buscarle salidas agroindustriales para generar nuevos empleos y mayores ingresos.

3. Una reflexión sobre el consumo de café: si solamente los grandes países productores (India, Indonesia, Vietnam, México, Colombia o Brasil) aumentaran el consumo de grano de manera significativa, el equilibrio del mercado mejoraría, igual que los ingresos de los caficultores. Brasil ya está haciendo la tarea de aumentar su consumo percapita (En 1992, el Brasil se tomaba 6,5 millones de sacos de 60 kilogramos. En 1995, llegó a 13 millones. Hoy, está en niveles de 17 millones, y aspiraba al 2010, una meta de 21 millones de sacos de consumo). Colombia presenta un gran atraso con un consumo percapita de 1.7 kilos persona año frente a Brasil que registra 5.4, Costa Rica con 5 y México con 2. Lo curioso es que en Colombia, las zonas de mayor consumo son aquellas que menos lo producen como la Costa Atlántica y Bogotá (Ver periódico Portafolio marzo de 2008, artículo de Juan Camilo Restrepo, actual ministro de Agricultura). Aunque este decaimiento del consumo en buena parte es explicado por razones de salud (aparentemente injustas), o por su deficiente preparación que estropea la calidad (el azúcar oculta el verdadero sabor del café), sería importante conocer el efecto del precio al consumidor, que aparentemente es muy alto (por lo menos eso se concluye con el precio de venta en los supermercados y tiendas; tiene algún efecto sobre el precio cobrado en Sevilla, el hecho de tener la planta de Café “Ginebras”?). Que campañas visibles se destacan hoy para estimular el consumo del café (ya ni el ciclismo lo hace como en la década del 80 con el equipo de “café de Colombia” de tanto éxito en Europa).

4. En su columna de El Espectador del domingo 20 de febrero de 2011 (“Un nuevo día para el café”), el autor Hugo Sabogal, hace la siguiente afirmación, que da para sentir un poco de vergüenza: “Los habitantes de este país, que produce el mejor café suave del mundo, somos los más ignorantes sobre la bebida. No sabemos distinguir un café de otro ni entendemos el significado de la geografía del producto, con toda su complejidad climática y de suelos. Si nos preguntan, no podemos hablar con propiedad de los cafés de Nariño o de la Sierra Nevada, ni asimilar conceptos como la acidez o el dulzor natural”. (Le falto al columnista mencionar las calidades del Café de Sevilla). Eso es verdad, si repasamos nuestra conducta de consumidores: recuerdo que alguna vez en un curso de Fedecafe sobre prueba de taza que se hace a ciegas y con total transparencia, el mayor puntaje lo obtuvo la pasilla que es casi un subproducto del café (representa el ultimo nivel de calidad del grano después del supremo, excelso, extra, y consumo), pero que con el tiempo hizo habito en nuestro gusto papilar por ser el de mayor abastecimiento para el consumo interno. Lo que además llama la atención del artículo mencionado, es que Sabogal anuncia que entre el 2 y el 5 de junio del 2011 en Bogotá se va a celebrar el concurso mundial de baristas (especialistas en preparación del café), de lo cual no se conoce ninguna mención en nuestras regiones como si no importara y es por eso que en esa línea Sabogal comenta que en Colombia, de manera inusitada existen más especialistas y catadores de vino que de café y enfatiza con gran entusiasmo que las universidades, colegios, empresa, familias se apropien del conocimiento del café, por lo menos de lo que debe ser una buena preparación; como otrora se hizo con el programa de la “taza de oro” que financió y apoyo FEDECAFE. No sería justo que la “capital cafetera de Colombia” implementara un programa educativo permanente en nuestras instituciones educativas y no educativas y que se incluyeran especialmente a las amas de casa (recuerdo que en las épocas de la “taza de oro” muchas de las personas que hicieron el curso, les fue de mucha utilidad laboral cuando emigraron a otros países)?. De hacerlo así, en el mediano plazo tendríamos una masa crítica de personas con alto conocimiento de la preparación del café como un objetivo magnánimo de nuestra cultura cafetera y utilitariamente como el aprendizaje de un oficio que todos desde la cuna deberíamos saber.

Postdata: Insisto, Sevilla necesita urgentemente una sede del SENA (no programas puntuales), con énfasis en la caficultura integral (cultivo y transformación, cafés orgánicos y especiales, agroindustria cafetera, negocios de consumo incluido la catacion), y la agroindustria de ladera; de tal manera que los estudiantes a su vez aprovechen las oportunidades gratuitas del proyecto de emprendimiento que tiene esta institución para hacer empresa. Con ello evitamos el éxodo de nuestros jóvenes del campo y la ciudad y mejoramos la economía municipal. Si se requiere mayor demanda, hagamos una alianza estratégica con Caicedonia, que tiene una cultura productiva similar a Sevilla.
Febrero de 2011