Crónicas musicales… crónicas sobre canciones
populares muy reconocidas en el mundo
Texto de Ernesto Pino
Decía el gran escritor
argentino Julio Cortázar que hay que “querer a las personas como se quiere a un
gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar
cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su
felicidad”.
Roberto Carlos es un artista con muchos records: Es el único artista que ha vendido más discos que The Beatles y Elvis Presley en América Latina. Su orquesta es considerada la mejor de ningún cantante en la historia: su formación original era de 32 músicos los cuales Roberto bajó a 16 con la aparición de los sintetizadores. Ha compuesto más de 500 canciones y una buena cantidad en portugués que no se conocen en otros países diferentes a Brasil. Lleva más de 150 millones de discos vendidos en todo el mundo; récord para un cantante latinoamericano. Si colocas uno al lado del otro sus discos de oro y platino dan la vuelta al estadio Maracaná (el más grande estadio de fútbol del Mundo). (Ver 10 curiosidades sobre Roberto Carlos. Radio Felicidad. Diciembre, 2015).
Y en esa inmensidad de canciones románticas y récords de audiencias, apareció un gato triste y azul.
En 1968, Roberto Carlos,
fue el primer cantante extranjero en ganar el prestigioso Festival de San Remo
con la canción “Canzone per te” de los compositores italianos Sergio Endrigo y
Sergio Bardotti (es la misma que vocalizó en español el cantante colombiano
Leonardo Álvarez, quien también cantó varios magníficos poemas de León de
Greiff, ambos injustamente olvidados). Luego en 1972, Roberto se presentó
nuevamente en este Festival con la canción “Un gatto nel blu” (Un gato en el cielo),
de los compositores italianos Gaetano “Totò” Savio y Giancarlo Bigazzi: la
canción prontamente quedó eliminada y muy lejos
de la canción ganadora “Los dias
del arco iris”, interpretada magistralmente por Nicola Di Bari.
Por supuesto, Un gato en la oscuridad, como finalmente
se conoció en la voz de Roberto Carlos, cantada en español; tuvo otros dos “compositores”:
en efecto, la pareja de arreglistas y agentes
de RCA Records Argentina, Buddy y Mary McCluskey, hicieron una traducción libre
del italiano al español de la versión original de Gaetano Savio. Esta pareja, por
demás especializada en traducir canciones, además fue célebre porque hicieron
versiones en español del afamado grupo musical sueco, Abba, especialmente de su
gran éxito “Chiquitita”. A partir de
ese momento, Roberto Carlos se convenció que sus canciones tendrían una mayor
aceptación en el público de habla hispana, que en su público nativo brasilero,
donde el bossa nova, hacía furor.
Aunque varios puristas criticaron la traducción hecha por la pareja McCluskey, en el sentido de precisar que no existe un gato triste y azul, la versión definitiva trasladó la tristeza del chico por la separación y el azul del cielo, a la imagen recortada de un gato en un tejado que siempre sería el gran testigo de su amor desolado. En el fondo, una traducción equivocada se convirtió en una alusión surrealista de un drama de adolescentes, aplaudida y cantada por los jóvenes latinoamericanos; de tal manera que alguna vez el poeta Chileno Alejandro Zambra manifestó, que esa simple y extraña canción lo inspiró en su arte, mucho más que el poeta santiaguino Vicente Huidobro o el poeta francés, Rimbaud (Ver Robertocarlos.com).
Lo que sí es cierto es que esta canción sin la presencia del gato, tendría otra suerte. Para un número significativo de personas, pasa la vida sin darse cuenta que en muchas ocasiones existe ese testigo mudo, independiente, extraño, reflexivo, inmutable y totalmente cómplice: un gato, como el gato de Roberto Carlos. Y pueden ser gatos famosos como el gato Félix; Romeo, el gato de Fredy Mercury; Orión, el gato de Borges; la gata francesa Feliccete, la primera gata astronauta; el Gato Negro de Edgar Allan Poe o el gato anónimo que está a tu lado, que siempre espera que llegues, como parte de tu familia. Los gatos son excéntricos, son misteriosos y por eso eran adorados en el Antiguo Egipto; pero sobre todo, son cómplices en el amor y en la desventura como le ocurrió a aquel chico de Nápoles que se quedó triste y azul como el gato del vecino.
No se si Roberto Carlos, entenderá que esta canción, que él no compuso, que no fue ganadora en un concurso, que por el azar tuvo cuatro compositores y que no se cantó en portugués, su idioma natal; es una de las mejores canciones de inspiración de los jóvenes latinos.
PD: Activa el link de la canción arriba y canta con la letra la versión original interpretada por Roberto Carlos…
Un gato en la oscuridad
Interprete: Roberto
Carlos.
Cuando era un chiquillo
que alegría;
jugando a la guerra noche
y día,
saltando una verja verte a
ti y así
en tus ojos algo nuevo
descubrir.
Las rosas decían que eras
mía;
y un gato me hacía
compañía,
desde que me dejaste yo no
se, porque
la ventana es mas grande
sin tu amor.
El gato que esta en
nuestro cielo;
no va a volver a casa si
no estas,
lo sabes mi amor que noche
bella
presiento que tu estas en
esa estrella.
El gato que está triste y
azul;
nunca se olvida que fuiste
mía,
más se que sabrá de mi
sufrir;
porque en mis ojos una
lágrima hay.
Querida, querida, vida
mía;
reflejo de luna que reía,
si amar es errado culpa
mía, te ame;
en el fondo que es la vida,
no lo se.
El gato que esta en
nuestro cielo;
no va a volver a casa si
no estas,
lo sabes mi amor que noche
bella
presiento que tu estas en
esa estrella.
El gato que está triste y
azul;
nunca se olvida que fuiste
mía,
más siempre serás en mi
mirar,
lagrima clara de
primavera.
El gato que está en la
oscuridad
sabe que en mi alma una
lagrima hay.
El gato que está triste y
azul;
nunca se olvida que fuiste
mía,
más siempre serás en mi mirar,
lagrima clara de
primavera.
Laralala lalalala
laralala lalalala
laralala lalalala
laralala lalalala.