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1 nov 2020

Un gato en la oscuridad

Crónicas musicales… crónicas sobre canciones populares muy reconocidas en el mundo

Texto de  Ernesto Pino

Decía el gran escritor argentino Julio Cortázar que hay que “querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad”.

   Brasil, sin ser un país monárquico tiene dos reyes. Un rey negro que se llama Edson Arantes Do Nascimento, Pelé; hasta ahora, el más grande jugador de fútbol de la historia. El otro, es un rey blanco, un cantautor formidable; que a pesar de estar expuesto a la tragedia, se convirtió contra todo pronóstico en un ídolo de multitudes y en un icono de los seguidores de la balada romántica en el mundo: a los seis años, siendo un niño dócil e indefenso, una locomotora lo atropelló y le arrebató parte de su pierna derecha. Luego, al pasar de los años, sus tres mujeres compañeras de vida, la perdieron, curiosamente ante el enemigo común del cáncer. Después murió su madre, la famosa inspiradora de su canción Lady Laura, y el apoyo incansable de su existencia. Se llama Roberto Carlos Braga Moreira, conocido mundialmente como Roberto Carlos.

   Es el mismo que con tan solo 14 años se hizo conocido imitando a Elvis Presley, que estudió  en conservatorio y que fue burócrata en una oficina de Sao Paulo. Roberto Carlos es uno de los cantantes famosos que ha tenido una larguísima trayectoria musical llena de éxitos, con una voz no necesariamente extraordinaria en portugués su idioma natural, pero si atrayente y sonora en español, cuando uno de sus  empresarios tuvo el pálpito que ese sonido suave y diferente era el propio para el público joven de habla hispana. Ya había probado fortuna con un movimiento rockero, la jovem guarda, desde la línea de los Beatles, pasando por nuevos intentos en el bossa nova: en el primero era una imitación desafortunada de los grandes músicos ingleses y en el segundo estaba fuera de un espacio musical muy brasilero que estaba lleno de grandes artistas como Caetano Veloso, María Bethania, Joao Gilberto y el mismísimo Chico Buarque. Con estos últimos alcanzó una distancia tan significativa, que lo llevó a acomodar sus intereses artísticos en el boom de la balada latina que también estaba haciendo una mutación desde el rock a la música juvenil y que transformó el sentimiento fecundo del bolero a la modernidad de la balada que también había recogido la experiencia italiana en las voces de Doménico Modugno, Nicola Di Bari, Salvatore Adamo y el francés Charles Aznavour.  Al punto, que el conocido filósofo Jesús Martín Barbero, haya dicho de la balada que significa la «integración sentimental latinoamericana», como un fenómeno que estaría estandarizando las maneras de sentir y expresar las emociones de los latinoamericanos, a través de gestos, sonidos, ritmos y cadencias literarias comunes, vinculados a su vez a la telenovela. (Ver Wikipedia Balada Romántica).

   De su provincia natal, Cachorro do Itapemirim, en el estado de Espírito Santo, salió a buscar suerte en Río De Janeiro y prácticamente la encontró al conocer al compositor Erasmo Carlos, con quien hizo la mayoría de sus éxitos incluido “Amigo”, dedicado a Erasmo, el amigo de mil batallas. Recordemos que esta canción tuvo mucho ruido cuando un coro de niños en México, recibió al Papa Juan Pablo II, en enero de 1979: se aprobó que el coro de niños cantará tres canciones, se habían escogido dos y faltaba una; repentinamente un niño del coro sugirió que cantaran Amigo de Roberto Carlos, con el argumento de que el Papa consideraba a los niños como sus amigos y finalmente se aprobó.

   Con Erasmo, Roberto Carlos compuso la mayoría de sus éxitos pero irónicamente, una de las mejores, no fue elaborada por ellos y tuvo una metamorfosis, por demás curiosa hasta que llegó a convertirse en un éxito impresionante en su voz: Un gato en la oscuridad.

   Muchas de sus canciones han triunfado en los países de habla hispana y varios de ellos han significado hitos musicales para servir de homenaje a ciertos actos de trascendencia: a la religión a través de un Papa, con Amigo, La montaña y Jesucristo; a los animales y el medio ambiente, con El progreso; a la madre con Lady Laura; a los camioneros, con Camionero y en fin, al amor y al desamor con baladas mil veces repetidas en la radio y en las discotecas como Detalles, Amada amante, Qué será de ti, Yo te propongo, Cama y mesa, Cóncavo y convexo….

  Roberto Carlos es un artista con muchos records: Es el único artista que ha vendido más discos que The Beatles y Elvis Presley en América Latina. Su orquesta es considerada la mejor de ningún cantante en la historia: su formación original era de 32 músicos los cuales Roberto bajó a 16 con la aparición de los sintetizadores.  Ha compuesto más de 500 canciones y una buena cantidad en portugués que no se conocen en otros países diferentes a Brasil. Lleva más de 150 millones de discos vendidos en todo el mundo; récord para un cantante latinoamericano. Si colocas uno al lado del otro sus discos de oro y platino dan la vuelta al estadio Maracaná (el más grande estadio de fútbol del Mundo). (Ver 10 curiosidades sobre Roberto Carlos. Radio Felicidad. Diciembre, 2015).

  Y en esa inmensidad de canciones románticas y récords de audiencias, apareció un gato triste y azul.

  En 1968, Roberto Carlos, fue el primer cantante extranjero en ganar el prestigioso Festival de San Remo con la canción “Canzone per te” de los compositores italianos Sergio Endrigo y Sergio Bardotti (es la misma que vocalizó en español el cantante colombiano Leonardo Álvarez, quien también cantó varios magníficos poemas de León de Greiff, ambos injustamente olvidados). Luego en 1972, Roberto se presentó nuevamente en este Festival con la canción “Un gatto nel blu” (Un gato en el cielo), de los compositores italianos Gaetano “Totò” Savio y Giancarlo Bigazzi: la canción prontamente quedó eliminada y muy lejos  de la canción ganadora “Los dias del arco iris”, interpretada magistralmente por Nicola Di Bari.

   Las cosas inexplicables de la vida: Canzone per te”, ganadora del Festival de San Remo, fue olvidada muy rápido en la rutina de las emisoras y “Un gatto nel blu”, perdedora en el Festival de San Remo, con unos sutiles cambios se convirtió en un éxito arrollador y en una canción preferida de los adolescentes de la época.

  Por supuesto, Un gato en la oscuridad, como finalmente se conoció en la voz de Roberto Carlos, cantada en español; tuvo otros dos “compositores”: en efecto, la pareja de arreglistas  y agentes de RCA Records Argentina, Buddy y Mary McCluskey, hicieron una traducción libre del italiano al español de la versión original de Gaetano Savio. Esta pareja, por demás especializada en traducir canciones, además fue célebre porque hicieron versiones en español del afamado grupo musical sueco, Abba, especialmente de su gran éxito “Chiquitita”. A partir de ese momento, Roberto Carlos se convenció que sus canciones tendrían una mayor aceptación en el público de habla hispana, que en su público nativo brasilero, donde el bossa nova, hacía furor.

   Según Toto Savio, el compositor; la canción en su versión original en italiano, se refiere a una historia mucho más que elemental, que conoció en Nápoles y que tenía como protagonistas a dos chicos atraídos por el amor adolescente. Estos niños de la cuadra de barrio, se enamoraron y su escenario propio de relación era la ventana de la casa de ella. Lo demás lo relata el maestro Toto: Un día como tantas veces, se besaron en la ventana, curiosamente en el alero o cornisa del tejado, en la parte superior de la ventana, un gato de un vecino, era su más cómplice testigo de ese acto de amor...con el tiempo, el padre de la chica, cambió de domicilio por un nuevo trabajo en la capital, el joven al verla partir, de sus ojos brotaron las lágrimas, el destino lo separaría de su amor de niñez, luego de aquel día, el chico cada noche se hacía al frente de la ventana recordando los momentos llenos de idilio, generalmente el gato siempre se hacía en su lugar en las noches de verano, el reflejo de la luna pintaba al felino de color azul, pareciera que a él también le daba nostalgia de la ausencia de su amada” (Ver www.elescenariodelosclasicos.com. Alfonso Ramírez Jaramillo).

  Aunque varios puristas criticaron la traducción hecha por la pareja McCluskey, en el sentido de precisar que no existe un gato triste y azul, la versión definitiva trasladó la tristeza del chico por la separación y el azul del cielo, a la imagen recortada de un gato en un tejado que siempre sería el gran testigo de su amor desolado. En el fondo, una traducción equivocada se convirtió en una alusión surrealista de un drama de adolescentes, aplaudida y cantada por los jóvenes latinoamericanos; de tal manera que alguna vez el poeta Chileno Alejandro Zambra manifestó, que esa simple y extraña canción lo inspiró  en su arte, mucho más que el poeta santiaguino Vicente Huidobro o el poeta francés, Rimbaud (Ver Robertocarlos.com).

  Lo que sí es cierto es que esta canción sin la presencia del gato, tendría otra suerte. Para un número significativo de personas, pasa la vida sin darse cuenta que en muchas ocasiones existe ese testigo mudo, independiente, extraño, reflexivo, inmutable y totalmente cómplice: un gato, como el gato de Roberto Carlos. Y pueden ser gatos  famosos como el gato Félix; Romeo, el gato de Fredy Mercury; Orión, el gato de Borges; la gata francesa Feliccete, la primera gata astronauta; el Gato Negro de Edgar Allan Poe o el gato anónimo que está a tu lado, que siempre espera que llegues, como parte de tu familia. Los gatos son excéntricos, son misteriosos y por eso eran adorados en el Antiguo Egipto; pero sobre todo, son cómplices en el amor y en la desventura como le ocurrió a aquel chico de Nápoles que se quedó triste y azul como el gato del vecino.

  No se si Roberto Carlos, entenderá que esta canción, que él no compuso, que no fue ganadora en un concurso, que por el azar tuvo cuatro compositores y que no se cantó en portugués, su idioma natal; es una de las mejores canciones de inspiración de los jóvenes latinos.

   PD: Activa el link de la canción arriba y canta con la letra la versión original interpretada por Roberto Carlos…


Un gato en la oscuridad

 Compositores (y arreglistas): Gaetano “Totò” Savio y Giancarlo Bigazzi. Buddy y Mary McCluskey.

Interprete: Roberto Carlos.

 

Cuando era un chiquillo que alegría;

jugando a la guerra noche y día,

saltando una verja verte a ti y así

en tus ojos algo nuevo descubrir.

 

Las rosas decían que eras mía;

y un gato me hacía compañía,

desde que me dejaste yo no se, porque

la ventana es mas grande sin tu amor.

 

El gato que esta en nuestro cielo;

no va a volver a casa si no estas,

lo sabes mi amor que noche bella

presiento que tu estas en esa estrella.

 

El gato que está triste y azul;

nunca se olvida que fuiste mía,

más se que sabrá de mi sufrir;

porque en mis ojos una lágrima hay.

 

Querida, querida, vida mía;

reflejo de luna que reía,

si amar es errado culpa mía, te ame;

en el fondo que es la vida, no lo se.

 

El gato que esta en nuestro cielo;

no va a volver a casa si no estas,

lo sabes mi amor que noche bella

presiento que tu estas en esa estrella.

 

El gato que está triste y azul;

nunca se olvida que fuiste mía,

más siempre serás en mi mirar,

lagrima clara de primavera.

 

El gato que está en la oscuridad

sabe que en mi alma una lagrima hay.

 

El gato que está triste y azul;

nunca se olvida que fuiste mía,

más siempre serás en mi mirar,

lagrima clara de primavera.

Laralala lalalala

laralala lalalala

laralala lalalala

laralala lalalala.