Esta es la primera de una serie de crónicas sobre canciones populares muy reconocidas en el
mundo. Iniciando con la canción icónica de Sevilla
"Mi Sevilla"
Por: Ernesto Pino
Dedico esta crónica a todos los sevillanos
nativos y adoptados que se fueron cantando esta canción.
“Sí. Este es mi pueblo, este que canto, sin
caciques, sin especuladores, sin oscuras conciencias. Así es mi Sevilla,
tallada en noble piedra de milagros, laboriosa y sentimental, toda musculo y
toda corazón…”
Hugo Toro Echeverry (“Selección de su prosa y
su verso”. Imprenta Departamental 1.975).
El Odontólogo, artista e intelectual sevillano,
Hugo Toro Echeverry, nunca se imaginó que una de sus canciones se convertiría
con el tiempo en el segundo himno de sus paisanos y en el primero más cantado
por la gente. Incluso hoy en día cuando hay una celebración o un acto público,
los asistentes esperan que se cante “Mi
Sevilla”. Es una de las más cantadas en los paseos al rio y en reuniones
familiares y ningún sevillano que se respete la deja de cantar cuando en sus
rumbas se acuerda de su patria chica, y mucho más los sevillanos que viven
fuera del país: la nostalgia les llega a través de esta canción, porque se acuerdan
de sus familiares y de esas tantas esquinas llenas de recuerdos que recogen
desde la ventana de un salón de clases, los mandados a la galería, los juegos
en la cancha, las lomas de Puyana y Siracusa, el Alto de la Cruz y Tres
Esquinas, la Calle Real, la Miranda y la Pista; hasta el perfil de esa niña que
te conquistó el corazón y que quizás en el recuerdo estará en el parque
mirándote detrás de un árbol o escondida en una banca.
Hugo Toro compuso Mi Sevilla con una
inspiración demoledora de gran artífice, casi que de mago, para darle sentido a
un pasodoble, que llega al máximo de la escala musical muy por encima de otras
de sus canciones que son muy especiales, como el otro pasodoble El Patio y los boleros Siempre te he de querer,
Presentimiento, Gitana, Madrigal, Novia Sevillana, etc. Lamentablemente
Hugo Toro fue vilmente asesinado en el año 1.958, su muerte impune y el pesar
porque se cortó la saga de un trabajo artístico impresionante, aunque nos dejó
a los sevillanos la ruta para convertir a Sevilla en un centro cultural-musical
de nivel nacional e internacional.
Los artistas, los citadinos, los campesinos,
los turistas, los enamorados, los egoístas, los generosos, los chismosos, los
envidiosos, los virtuosos, los decentes y los indecentes, los soberbios y los
humildes, grandes y chicos; todos han cantado Mi Sevilla; pero ninguno lo ha
cantado como el gran Conjunto Serenata (Antonio
Zuluaga “Rasguño”, Alfonso Zuluaga “Violín”, Bernardo Gallego Salazar, Alonso
Gallego Salazar; voces: Julio Betancur, Néstor “el Artista” Granada, Edvardo
Gaviria), quien con su interpretación hizo inmortal esta canción. En el
rumor callejero alguna vez, escuche esta historia: un novio sevillano contrató
con el Conjunto Serenata, una para su novia. Después de que cantaron el
repertorio de Hugo Toro, la novia salió a agradecer y sin mediar palabra,
directo les dijo a los músicos, “les falto la mejor: Mi Sevilla”.
Indudablemente, esta canción es por naturaleza una canción de amor.
Centenario de Sevilla, sábado 3 de mayo de 2003,
8 de la noche.
La plaza de la Concordia, nuestro parque
emblemático, lleno de banderas de todo tipo, lleno de festones de todos los
colores y lo mejor, sevillanos de todas las edades y destinos listos para
cantarle a Sevilla sus primeros 100 años.
En una fotografía aérea, tendríamos una imagen
definida como una gran mancha humana que cubría las cuatro esquinas de la plaza
con una iglesia imponente y agradecida con sus hijos: no había lugar ni para
los duendes y los ángeles, cientos de encuentros de familias y de amigos que no
se veían durante muchos años, lágrimas en el suelo, abrazos al por mayor y
sonrisas llenas de felicidad. Esa noche se acabó el aguardiente en Sevilla.
Recuerdo un borrachito humilde que se despertó
recostado en una pared exterior del café Ginebra cuando todo el mundo empezó a
cantar, llevaba dos días bebiendo esperando la celebración.
Un año antes, una serie de amigos Sevillanos,
residentes en Sevilla y en Cali, decidimos honrar el centenario de Sevilla por
nuestra cuenta y buscar recursos con muchas actividades lúdicas, como las
rifas, festivales y conciertos musicales. Todo lo hicimos en la plataforma del
colectivo “Llevo Llevo la memoria”
(homenaje a ese singular vehículo que casi desde la fundación trasportaba las
cosas materiales de los sevillanos como un taxi destapado y rudimentario pero
feliz). Durante cuatro días celebramos a Sevilla (abril 30 a mayo 3): editamos los libros de los poetas Alberto Parra
Arcila, Alfonso Echeverry Cardona y María del Socorro Vélez Calle; así como el
libro “Sevilla, bocetos históricos” de Raúl Flórez Duque; editamos un CD con
las canciones conocidas de Hernán “El Mono” Herrera (el mejor cantante sevillano de todos los tiempos y el más desconocido).
En el auditorio del colegio de las Marianitas, en el auditorio de Bancafe (hoy Davivienda), en el auditorio del Liceo Mixto (antiguo Liceo Femenino) y en el Bar
Casablanca, ofrecimos exposiciones, conciertos, conferencias, documentales,
las que resumo brevemente señalando estos actos lúdicos que enriquecieron la
memoria cultural de Sevilla: Tapices de Topo y Gloria, Pintura de Bernardo
Echeverry, Pintura de Elvira Ceballos, Muestra Artesanal; conferencia Historia
de Sevilla de Raúl Flórez, proyección del documental de jazz Calle 54 de
Fernando Trueba, concierto para saxofón del maestro Álvaro Sánchez, conferencia
Suramérica la gran mercancía del profesor Hernando Gómez Serrano, conferencia Cultura Ciudadana del médico
Oscar Echeverry Cardona, conferencia-audición
Noches de Tango de Alfredo Vargas, tertulia cultural Propuesta para un
desarrollo posible, Recital de guitarra
clásica del maestro Héctor González, y la peña musical con el Grupo Vapor (el mismo Cantar Latino), Las Juntas (Luz Mery y Miriam Rodríguez), Grupo Son Latino y Julián Rodríguez.
También recuerdo que todos los conciertos y
presentaciones estaban precedidas de una canción: “Mi Sevilla”. Todos sabíamos
y lo sentíamos que durante los cuatro días, el alma del pueblo estaba invadida,
poseída, irrumpida, con una banda sonora celestial: Mi Sevilla y con el maestro
Hugo Toro Echeverry subido en un atril, dirigiendo los músicos y los coros.
Ese inolvidable 3 de mayo, la plaza se fue
llenando como una convención de hormigas que están celebrando la llegada de la
reina, desde las 3 de la tarde la gente
fue cogiendo puesto, eran como 3 festivales bandolas juntos. Allí fue,
entonces, que encontramos el borrachito en el café ginebra, a quien sus amigos
despertaron cuando ya empezaba la ceremonia y fue notorio porque encima de su
cabeza le pusieron un sombrero de luces que se destacaba en esa noche de mayo,
casualmente sin lluvia. Cuando empezaron los acordes de Mi Sevilla, el
borrachito se despertó sobrio, con una sonrisa y una alegria desbordada y
empezó a cantar en medio de un coro de miles de personas que hacían lo mismo
mientras elevaban sus manos y exultantes derramaban lágrimas y disparaban
sonrisas de felicidad.
Fueron cuatro minutos sublimes, memorables,
fervorosos, solidarios, e inolvidables en la historia de Sevilla.
Aquí está la letra para que la canten y se la
aprendan y se la enseñen a los hijos, sin importar que no residan en Sevilla:
Mi Sevilla
Pasodoble
Letra y Música: Hugo Toro Echeverry
Son de guitarra embrujada
embriaguez de manzanilla
castañuela arrebatada
es mi tierra de Sevilla.
Por sus mujeres
de ojos morenos
por los claveles
de sus labios hechiceros.
Por la mantilla
de sus paisajes
es mi Sevilla
comarca de maravilla.
Sevilla, bella como la de España,
alegre, como sonrisa gitana
Sevilla, cofrecito de quereres
para ti nace mi canto,
Ole, mi Sevilla.
Pueden escuchar la versión tradicional del
Conjunto Serenata, en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=_LSnpPSlzW8&list=PLSC-R02wF1Ai1QyGWetIthCtJveNTIrr8&index=3
(Cortesía de Fabio Velásquez, en la voz de
Edvardo Gaviria).