Buscar este blog

15 oct 2025

Al compás del corazón

Texto de Ernesto Pino

Esta es una bella canción que no es tan popular como los otros tangos aquí recordados. Su historia es tan singular que bien vale la pena transcribir la nota que hace Héctor Ángel Benedetti en “Las mejores anécdotas del tango y otras curiosidades”, Editorial Planeta, año 2000): “Contaba Domingo Serafín Federico, que, en una oportunidad, siendo estudiante de medicina, estaba presenciando la disección de una rana, con el consabido experimento de hacerle latir el corazón mediante impulsos eléctricos. El ritmo de sístole y diástole sugirió inmediatamente una melodía, que trasmitió entusiasmado por teléfono al poeta Homero Expósito (1919-1987). La letra olvidó la rana sobre una mesa de la universidad. Había nacido “Al compás del corazón”, que grabo por primera vez Miguel Calo y su orquesta típica, con la voz de Raúl Beron. Fue así como uno de los tangos más románticos de todos los tiempos tuvo su origen, en realidad, repitiendo los ensayos de Galvani.”

En nuestro pequeño patio de Sevilla, donde el tango posee su propia catedral en el café “Casablanca”, “El Topo”, un intelectual y tejedor, afiebrado por el tango, alguna vez y en medio de una noche bohemia y dando paso a su alucinación, se inventó la “trilogía del infarto”, de la cual hacia parte esta canción con otras dos: “Cuando el corazón” y “Dos corazones”. 

Al Compás Del Corazón

Letra de Homero Expósito

Música de Domingo Serafín Federico

Compuesto en 1942

 En 1942 fue grabado por la orquesta de Miguel Calo con Raúl Berón, por Carlos Di Sarli con Alberto Podestá (Washington Alí), y por Hugo del Carril con acompañamiento de guitarras y recitado de Julián Centeya. Mas tarde, lo grabo Carlos di Sarli con la voz de Oscar Serpa. (1951/1954) y Julio Sosa con Leopoldo Federico (entre 1961/1964).

 Late un corazón...

déjalo latir...

Miente mi soñar...

déjame mentir.

Late un corazón porque he de verte nuevamente;

miente mi soñar porque regresas lentamente.

Late un corazón...

me parece verte

regresar con el adiós.

 

Y al volver, gritaras tu horror...

El ayer, el dolor, la nostalgia...

Pero al fin, bajaras la voz

y ataras tu ansiedad de distancias.

Y sabrás porque late un corazón

al decir: que feliz...

Y un compás, y un compás de amor,

unirá para siempre el adiós.

 

Ya verás, amor, 

que feliz serás...

¿Oyes el compás?

Es el corazón...

Ya verás que dulces son las horas del regreso,

ya verás que dulces los reproches y los besos.

Ya verás, amor...

que felices horas

al compás del corazón.

 Para mayor ilustración, se transcriben los otros dos tangos que hacen parte de la “trilogía del infarto”:

Cuando El Corazón

Letra de Carmelo Santiago

Música de Francisco Canaro

Compuesto en 1938

Fue estrenado por la orquesta de Francisco Canaro, con su cantor Roberto Maida, en el film "Dos amigos y un amor".

Una estrella que cayó del firmamento,

hecha carne por milagro de la vida

en momentos en que mi alma estaba herida,

con sus luces mi destino ilumino.

Hoy no siento ya el dolor de mis heridas.

Todo es alegría, un canto de amor.

 

Cuando el corazón,

cuando el corazón nos habla de un amor,

revive la fe, florece la ilusión.

Cuando el corazón recuerda a una mujer

la vida es gozar y el vivir querer.

Cuando el corazón palpita con ardor,

todo es risa y luz, en todo hay emoción,

canto a la esperanza, fe en el porvenir;

amar a una mujer eso es vivir.

 

Cascabeles de cristal hay en tu risa

y caricia es el calor de tu mirada.

En tu boca de coral esta engarzada

de un beso la ternura angelical.

Una estrella que cayó del firmamento

inspiro mi verso con su titilar.


Dos Corazones

Letra de Ivo Pelay

Música de Francisco Canaro

Cual dos gotas de claro rocío

en la noche se besan calladas

cual dos ondas que van impulsadas

a fundirse en la orilla del río.

Como el fuego que envuelve el estío

como nube que abraza otra nube

así son tu cariño y el mío

que se funden en un solo ideal.

Con tu corazón, en mi corazón,

el lucero azul brillará mejor

con tu corazón, en mi corazón,

todo en el jardín hablará de amor;

notas cristalinas llenarán tu oído

y una luz divina nos envolverá

fijaré mis ojos en tus negros ojos

uniré mis labios a tus labios rojos

y mi inspiración volará al cenit

en tu corazón, en mi corazón.

Cual sonoras campanas que funden

sus repiques en una armonía;

como rayos de sol que confunden

su fulgor con la gloria del día;

como un son que se liga a otros sones

como sombra que besa a otra sombra

así son nuestros dos corazones,

que se funden en un solo ideal.

Notas cristalinas llenarán tu oído

y una luz divina nos envolverá

fijaré mis ojos en tus negros ojos;

uniré mis labios a tus labios rojos

y mi inspiración volará al cenit

con tu corazón en mi corazón.

 Finales de siglo y de milenio.