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2 dic 2019

Cali…..Pachanguero

Crónicas musicales… crónicas sobre canciones populares muy reconocidas en el mundo.
Por: Ernesto Pino
Dedico esta crónica a la memoria del compositor de salsa Jairo Varela, dueño de esta canción, chocoano de nacimiento pero que con Cali Pachanguero se convirtió en un hito histórico de Cali y contribuyó significativamente para que fuera la Capital Mundial de la Salsa. Igualmente, un reconocimiento al escritor Umberto Valverde, biógrafo de Varela y quien con su notable libro “Jairo Varela, que todo el mundo te cante”, rescató la impronta del compositor y me permitió hacer estas notas.

Dicen que años atrás en un escuela humilde del Distrito de Aguablanca de Cali, el profesor le pidió a sus alumnos de cuarto grado que cantaran el himno de la ciudad. Ellos lo hicieron cantando Cali Pachanguero.

En diciembre de 1984, el Grupo Niche en una presentación multitudinaria en la plazoleta del CAM, compartiendo con el Gran Combo (una de las mejores orquestas de salsa de la época), se llevó toda la gloria cuando interpretó la canción Cali Pachanguero, la que luego sin ninguna duda fue elegida la canción de la feria número 27. Fue quizás la noche más sublime del grupo, desde que se creó la orquesta en los primeros años de los ochenta.

Que yo recuerde, en Cali hubo tres momentos estelares de la salsa: el primer concierto de Richie Ray y Bobby Cruz en 1969, y que el destino quiso que el escritor Andrés Caicedo convirtiera en ídolos merecidos de su novela “Que viva la música”; la apoteósica presentación de la Fania en 1980, cuando toda la ciudad se convirtió en un gran paseo por la Calle Quinta y la gente caminaba apurada y feliz hacia el Coliseo del Pueblo; y el estreno en la feria de Cali Pachanguero.

Sin embargo, fue la canción Cali Pachanguero, la puntilla musical  definitiva para clavar en el mundo de la salsa, ese cartel que se pintaba cada año en la Feria y que declaraba a Cali como la Capital Mundial de la Salsa.

Ahí fue cuando con todos los honores apareció un compositor todavía no muy conocido, aunque ya en 1981 había grabado esa canción tan exitosa como fue Buenaventura y Caney: Jairo Varela, director y fundador del Grupo Niche, quien decía sin pena que él no era músico, solo compositor, respetando a aquellos artistas que han tenido academia musical. Varela siempre fue un empírico musical como lo fue el gran Benny Moré; hasta el punto que Gabriel Rondón, uno de los mejores guitarristas de jazz en Colombia, dijo de Varela en sus inicios: “carece de formación musical pero tiene hambre y tiene bagaje callejero”. 

Varela siempre en el trascurso de su vida mostró una terquedad indomable por lograr el sueño de ser un artista través de un proyecto musical que le diera nuevo oxígeno a la salsa que ya tenía sus bases en Nueva York y Puerto Rico y había alcanzado un perfil universal en las grandes ciudades del mundo. Todo empezó cuando a los 8 años su madre Teresa, le regaló una guitarra y creó un grupito musical llamado La Timba, lo que a la larga fue el primer ladrillo para construir el Grupo Niche, una de las mejores orquestas de salsa de Colombia y del mundo. En ese difícil tránsito a la creación musical, Varela en Bogotá, siendo muy joven, produjo jingles con Hildebrando Ortiz, el productor de El Club del Clan, el programa pionero de la música juvenil en la televisión colombiana.

Pero fue en 1984 cuando alcanzó su consagración definitiva, de la mano de Cali Pachanguero, que siendo escogida como canción de la feria, el público desde su estreno, la acogió como un segundo himno de la ciudad de Cali. Incluso cuando Varela murió en agosto de 2012, existieron serias propuestas de oficializar esta canción como un himno alternativo de la ciudad; a la par que la misma fue declarada nuevamente como la canción de la feria de ese año, en homenaje a Varela. Algo inédito en estos certámenes.  Cuenta el periodista y escritor bonaverense, Medardo Arias, que él conoció los ensayos de la canción en Cartagena, cuando se celebraba el Festival de Música del Caribe, donde participó el Grupo Niche: “...Después del Circo de Toros, (donde se celebraba el Festival) el ensayo continuaba en las noches; las voces, con acordes de trompetas, llegaban hasta las habitaciones: “De romántica luna/ el lucero que es lelo…si supieras la pena que un día sentí/ cuando cerca de mí tus montañas no vi…”.

El origen de la canción, la cuenta el mismo Jairo Varela: “Cali Pachanguero, es producto de la nostalgia que sentimos cuando dejamos nuestra tierra. Los colombianos, expresan bien ese sentimiento cuando se encuentran lejos de casa. Estábamos en un ensayo y hacia mucho frio en Nueva York; un muchacho nos miraba por una pared de vidrio y lo invité a entrar. Nos pusimos a hablar y había ido a Estados Unidos en busca del sueño americano. Ahora, sin la posibilidad de construir ese sueño, soñaba con un pasaje para regresar a Cali y no volver a salir nunca más de su ciudad. ¡jamás¡. Ahí está el alma de la canción que se convirtió en el éxito de mi vida”.

Cali Pachanguero, como Mi Valle del Cauca y Mi tierra natal, fueron canciones que se fueron cocinando en la mente de Varela a través del tiempo y que alcanzaron la consolidación del  artista como uno de los mejores compositores de música en Colombia.

Hay allí un gran secreto.

Registrando un poco la historia personal de Jairo Varela, se encuentra un camino biológico del ADN artístico en su familia cercana, a través de su abuelo materno, Eladio Martínez, empresario y guitarrista, pero especialmente de su madre Teresa Martínez. Era ella poetisa, novelista, dramaturga, declamadora, pintora, institutora folclórica y musicóloga. Mujer dinámica, locuaz, emprendedora, y controvertida para su época. Desde su nacimiento Teresa advirtió la notoriedad de su hijo: “...de tu pálido rostro se advertía  un raro interrogante que presagiaba la excelsitud de tu potente y agitado espíritu, librando la batalla del porvenir cuyos estampidos los intuía mi corazón a través de tu llanto inconforme y tenaz”. Cuando de niño le regaló la guitarra, le marcó su destino, porque en adelante Varela solo pensó en ser músico.

Fue ella su inspiración permanente y la fuente de su arte; y por eso cuando ella murió y Varela estaba en la cárcel, un juez no le permitió asistir al funeral y eso amargó un poco su corazón, lo cual expresó posteriormente en su trabajo discográfico llamado “A prueba de fuego” y con canciones que cuentan esa dura experiencia carcelaria, como  A prueba de fuego” y “La cárcel”. Varela fue condenado por enriquecimiento ilícito e hizo parte de las enredadas investigaciones fiscales del proceso 8.000. Varela siempre se declaró inocente a pesar de haber pagado varios años de cárcel, lo que no impidió que el público caleño le reconociera su extraordinario talento y especialmente el hecho de haber creado un segundo himno de la ciudad con Cali Pachanguero.

Es tal la fuerza del ritmo alegre y también nostálgico de esta canción, que de verdad se ha ido convirtiendo con el tiempo en un himno legítimo y popular de los caleños y de los vallecaucanos y también de los colombianos que viven fuera del país: Un amigo caleño que vive en USA, alguna vez me confesó que en su nostalgia por la tierra, siempre escuchaba Cali Pachanguero y Colombia Tierra Querida de Lucho Bermúdez.

En ese sentido, cuando las canciones se convierten en himnos vivos y permanentes, adquieren la condición de memorables y por supuesto sus autores se convierten en maestros de la composición musical colombiana. Jairo Varela, por su creación novedosa en el género de la salsa en un medio de grandes figuras mundiales, ya está en el ranking de nuestros grandes compositores como Lucho Bermúdez, Pacho Galán, José Barros, Rafael Escalona, solo para mencionar algunos. El mismo Varela alguna vez manifestó cuando se enteró de un agravio al maestro Lucho Bermúdez que le hizo el expresidente Cesar Gaviria al no asistir a su homenaje: “¿Por qué lo hace? ¿Acaso Lucho Bermúdez no representa a nuestro país? ¡Allí está pintada Colombia!”.

Jairo como ser humano agradecido le hizo un giño a sus amigos y mecenas: Jairo Obando, el viejito “Cañandonga” y a Manolo Solarte, el dueño de la conocida discoteca El escondite de Cali: en Cali pachanguero, al final, hay un grito que dice “Oye cañandonga sepárame la mesa” y otro que dice “Manolo escóndeme”.

Pero la saga artística de Jairo Varela se extendió con la creación de la novela póstuma llamada “El amanecer de los pájaros” que es realmente un reportaje del escritor Umberto Valverde, donde Varela hace un homenaje a la gente negra del pacifico y que fue lanzada recientemente.
 
Cali Pachanguero, tiene dos versiones celebres como son las de Tito Gómez y la original de Moncho Santana (Luis Alfonso Peña, su verdadero nombre), que es la versión que se escucha en  esta crónica. Y si quieren llenar más el corazón, por favor le agregan canciones como “Una aventura”, “Nuestro sueño”. “Mi pueblo natal”. Son formidables.

Cali Pachanguero
Autor: Jairo Varela y Grupo Niche.

Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo
Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo

De romántica luna
el lucero que es lelo
de mirar en tu valle
la mujer que yo quiero

Del jilguero que canta
calles que se levantan
Carnaval en Juanchito
todo un pueblo que inspira

Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo
Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo

Es por eso que espero
que los días que lejos
cuando dure mi ausencia
sabes bien que me muero

Todos los caminos conducen a ti
si supieras la pena que un día sentí
cuando en frente de mí tus montañas no vi

Que todo, que todo, que todo, que todo que

Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles

Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles

Permita que me arrepienta oh
mi bella cenicienta
de rodillas mi presencia
si mi ausencia fue tu afrenta

Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles

Que noches, que noches tan bonitas
Siloé en sus callecitas
al fondo mi valle en risa
¡Ay!, todito se divisa

Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles

Un clásico en el Pascual
adornado de mujeres sin par
América y Cali a ganar
aquí no se puede empatar

Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles

Barranquilla puerta de oro
París la ciudad luz
Nueva York capital del mundo
del cielo Cali la sucursal

Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles

A millas siento tu aroma
cualquiera justo razona
que Cali es Cali señoras, señores
lo demás es loma.

Cómo, ah pues,
oye Cañandonga sepárame la mesa,
Ah pues,
Manolo escóndeme
¡Cali!