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2 feb 2020

Mediterráneo


Crónicas musicales… crónicas sobre canciones populares muy reconocidas en el mundo.
Por: Ernesto Pino

Dedico esta crónica a todos los fervientes devotos de una religión musical inspirada en la poesía y las canciones de Serrat, construida casi silenciosamente en los últimos 50 años;  y que de manera inusual nos ha permitido reconocer categóricamente cómo la música popular  de gran calidad nos ayuda a vivir mejor.

Oscar Vargas, el guía espiritual y director musical del “Grupo Cantar Latino”, se fue de este mundo con la nostalgia de que Joan Manuel Serrat, una noche de postconcierto, tocó la puerta de su casa en el barrio San Antonio de Cali y nadie le abrió.

En 1967, un desconocido cantautor español-catalán llamado Joan Manuel Serrat, apareció de primero en las listas musicales de España con una canción llamada “Cançó de Matinada”. De ahí en adelante su ascenso musical fue exuberante tanto por su indiscutible talento, como por un conflicto inicialmente sin importancia que le dio relevancia internacional: en el año 1.968, Serrat fue escogido para que representara a España en el Festival de Eurovisión; él aceptó pero con la condición de cantar en catalán la canción “La la la” compuesta por El Dúo Dinámico (Ramón Arcusa y Manuel de la Calva).  Los promotores de la Televisión Española le respondieron, «Serrat, ¿usted qué quiere ser, un artista internacional o un artista provinciano?». Serrat renunció a la representación y en su lugar nombraron a la cantante Massiel, quien cantó en castellano y ganó.  El Dúo Dinámico se hizo famoso en Colombia por canciones-baladas como “Perdóname” y “Esos ojitos negros”.

Pero la importancia de Serrat en nuestro continente se acentuó cuando empezó a viajar a México, Argentina, Chile, Venezuela y Colombia; en una época como los sesenta y setenta, sacudida por terremotos políticos como la matanza de Tlatelolco, la dictadura militar argentina, y el derrocamiento cruel de Salvador Allende. América latina siempre ha sido tan vital en su carrera artística que siempre repite con orgullo, que él es un “Latinoamericano de Barcelona”: a Chile solo regresó en 1990 cuando se restauró la democracia y para esa ocasión recuerda el concierto que celebró en el Estadio Nacional en Santiago, uno de los más emocionantes de su vida, con una multitud exaltada que durante dos horas cantó sus canciones.

Serrat es un cantautor que rápidamente rompió la saga del movimiento baladista de los años sesenta y setenta al irrumpir con una música novedosa, irreverente, fresca, emotiva e inteligente que nos dio a conocer de primera mano aquella extraordinaria poesía española prohibida por el régimen franquista: aprendimos entre otros, a Antonio Machado (el de Cantares), a Miguel Hernández (el de  Elegía y Las nanas de la cebolla), a Rafael Alberti (el de La Paloma) a León Felipe (el de Vencidos) a García Lorca (el de Herido de Amor), a Luis Cernuda (el de Más que a nadie), a Eduardo Galeano (el de Secreta Mujer y La mala racha), a Ernesto Cardenal (el de Epitafio para Joaquín Pasos), o a  Mario Benedetti ( el de Hagamos un trato, Una mujer desnuda y en lo oscuro, "Defensa de la alegría"). Etc.

Posiblemente Serrat ha grabado y cantado más de 400 canciones, unas más conocidas que otras, posiblemente unas más cantadas que otras, tal vez algunas muy buenas que hoy no conocemos, algunas muy populares como “La Mujer que yo quiero” (…tiene muchos defectos dice mi madre y demasiados huesos dice mi padre), “Cantares” (…caminante no hay camino..), “Vagabundear” (..harto ya de estar harto, ya me cansé..), “Aquellas pequeñas cosas” ( ..como un ladrón te acechan detrás de la puerta..), Lucia (…No hay nada más bello que lo que nunca he tenido/nada más amado que lo que perdí..), “Pueblo Blanco” (..colgado de un barranco /duerme mi pueblo blanco/ bajo un cielo que a fuerza de no ver nunca el mar..); pero de todas juntas como dice el mismo Serrat hay una que es emblemática y que para los serratinos se nos convirtió en una especie de himno nacional: Mediterráneo.

En el antiguo Hotel Batlle ubicado en Calella de Palafrugell, un pueblo costero de Cataluña, Serrat compuso Mediterráneo, inspirado en cierto modo por los paisajes de esta localidad de la Costa Brava que le recordaban la importancia de este mar en la historia española y como testigo fiel y permanente de su existencia. Dice Serrat que Mediterráneo es: “una declaración de amor al mar como espacio de vida, a la gente que vive de ella….. es un lugar común, de intercambio cultural, de puentes que han hecho que las civilizaciones se integraran y se complementaran…” (La Vanguardia, Diario de Barcelona, Sergio Vila-Sanjuán, Junio 20189).

Esta canción por toda su magnitud artística y musical, se convirtió en un mito y dio lugar a muchas versiones sobre su origen. Algunas leyendas urbanas afirman que Serrat compuso Mediterráneo a finales de 1970, en el encierro que protagonizó en el Monasterio de Montserrat junto a un grupo de intelectuales y artistas, en señal de protesta por el proceso de Burgos y en contra de la pena de muerte. El Proceso de Burgos, fue un juicio iniciado el 3 de diciembre de 1970 en la ciudad española de Burgos contra dieciséis miembros de la organización terrorista vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA), acusados de los asesinatos de tres personas durante la dictadura del General Franco. Las movilizaciones populares y la presión internacional lograron que las condenas a muerte impuestas a seis de los encausados no llegaran a ser ejecutadas, siendo conmutadas por penas de reclusión.

Incluso, se llegó a decir que la canción Mediterráneo, Serrat la compuso como  una venganza dulce y llena de paz contra el General Franco que tanto lo persiguió y que buscaba que los nietos del dictador algún día la cantaran.

Aunque de verdad, la canción se defiende por sí sola, al poseer una contextura musical y poética de excelencia; es el mismo publico el que ha aceptado con una insistencia abrumadora, que Mediterráneo es una canción histórica.

En efecto, en 2004 fue elegida por votación popular como la mejor canción de la historia de la música popular en España, en un programa de Televisión Española, de título “Nuestra mejor canción”. En esa ocasión, Mediterráneo, estuvo por encima de grandes canciones populares españolas como "Libre", de Nino Bravo; "Corazón partío", de Alejandro Sanz; "Princesa", de Joaquín Sabina;  "Un ramito de violetas" de Cecilia, “Solo pienso en ti” de Víctor Manuel, “Himno a la alegría” de Miguel Ríos, “Piensa en mí” de Luz Casal, “La puerta de Alcalá” de Ana Belén Y Víctor Manuel, y “Angelitos Negros” de Antonio Machin.

Fue también elegida la mejor canción del pop español por la revista Rolling Stone en 2006: 
Mediterráneo, encabeza la lista de las 200 mejores canciones de la historia del pop-rock español, que han elaborado un total de 156 músicos de todas las épocas y estilos para esta revista especializada en música popular y con gran aceptación mundial (Diario ABC de España).

En 2019 fue elegida, en las voces de Andrés Suárez y Alba Reche, como "la mejor canción jamás cantada" por votación popular en el programa La mejor canción jamás cantada, de Televisión Española (rtv.es, marzo de 2019).

A esa canción le sobran méritos y anécdotas. Les cuento una que solo se da en esta tierra surrealista: en el año 2005, Serrat hizo un concierto en el teatro Jorge Isaacs de Cali. Allí se hizo presente Oscar Vargas, la voz mayor del Grupo Cantar Latino, quien emocionado e incitado con la última canción del evento, Mediterráneo; sin pensarlo dos veces se coló en el camerino del artista y con el encanto de mago que  tenía, les tiró una invitación muy atractiva al baterista y al bajista de la orquesta de Serrat  “…en mi casa de San Antonio cada viernes hacemos la mejor rumba de músicos de la ciudad, están invitados con Joan Manuel”, les insistió hasta el cansancio, dejándoles todos los datos en una hoja de libreta. 

Y llegó el viernes y con la memoria perdida, Oscar decidió que el entrenamiento de Cantar Latino se haría en la casa de Elías, que cumplía años ese día; así lo hizo y todo el grupo viajó a Jamundí. Por su parte Serrat y sus músicos con el día libre, decidieron que tenían que salir y conocer el ambiente lúdico de Cali y que mejor que compartirlo con otros músicos y por tal razón tomaron muy bien aceptar la invitación de Oscar Vargas. Bajo la fresca noche caleña, arribaron a San Antonio, buscaron la dirección de la casa de Oscar y con cierta timidez tocaron la puerta, aunque extrañados por el silencio. Tocaron varias veces y nadie les abrió; entonces desconcertados se arrimaron a la tienda más cercana y se tomaron unas cervezas.

El día sábado, Oscar regresó a su casa de San Antonio y en un momento cualquiera buscó la tienda de Doña Darnelly para calmar el “guayabo” con una cerveza. La tendera que lo conocía bastante bien se quedó mirándolo perpleja y directo a los ojos le dijo “…por acá estuvo anoche un tal Serrat con unos músicos que estaban invitados por usted…”. Oscar la miró implorando que no fuera verdad, pero ella asintió con pesar. Oscar se desvaneció en una silla y se tiró los pocos pelos de la cabeza que aun tenia. Se bogó tres cervezas de un tirón y le dijo a Doña Darnelly “ ..ahora quien me va a creer que le quedé mal a Serrat y que no le abrí la puerta?”. Oscar nunca creyó que Serrat aceptaría la invitación y por eso se le olvidó el compromiso. Tampoco nunca olvidaría que la emoción de escuchar a Mediterráneo hubiese desencadenado tamaña frustración.

En muchos lugares del mundo se celebra la música y la poesía hecha canción de Serrat y así será por siempre como lo venimos haciendo nosotros que en este pequeño hormiguero feliz del planeta (Sevilla-Valle), ya se han realizado seis Serratiadas. Honor al “Monito” Luis Fernando Gil, su fiel organizador.

Mediterráneo

Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas duerme mi primer amor
llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya
y amontonado en tu arena guardo amor, juegos y penas

Yo que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno
que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul
para que pintes de azul sus largas noches de invierno
a fuerza de desventuras tu alma es profunda y oscura

A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino
soy cantor, soy embustero
me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero
¿Qué le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo?
nací en el Mediterráneo

Y te acercas, y te vas después de besar mi aldea
jugando con la marea te vas pensando en volver
eres como una mujer perfumadita de brea
que se añora y que se quiere, que se conoce y se teme

Ay, si un día para mi mal viene a buscarme la parca
empujad al mar mi barca con un levante otoñal
y dejad que el temporal desguace sus alas blancas
y a mí enterradme sin duelo entre la playa y el cielo

En la ladera de un monte, más alto que el horizonte
quiero tener buena vista
mi cuerpo será camino
le daré verde a los pinos y amarillo a la genista

Cerca del mar, porque yo nací en el Mediterráneo
nací en el Mediterráneo
nací en el Mediterráneo.