Crónicas musicales… crónicas sobre canciones
populares muy reconocidas en el mundo.
Por: Ernesto Pino
Dedico esta crónica a la memoria del compositor
de salsa Jairo Varela, dueño de esta canción, chocoano de nacimiento pero que
con Cali Pachanguero se convirtió en un hito histórico de Cali y contribuyó
significativamente para que fuera la Capital Mundial de la Salsa. Igualmente,
un reconocimiento al escritor Umberto Valverde, biógrafo de Varela y quien con
su notable libro “Jairo Varela, que todo el mundo te cante”, rescató la
impronta del compositor y me permitió hacer estas notas.
Dicen que años atrás en un escuela humilde del
Distrito de Aguablanca de Cali, el profesor le pidió a sus alumnos de cuarto
grado que cantaran el himno de la ciudad. Ellos lo hicieron cantando Cali
Pachanguero.
En diciembre de 1984, el Grupo Niche en una presentación multitudinaria en la plazoleta del
CAM, compartiendo con el Gran Combo (una de las mejores orquestas de salsa de
la época), se llevó toda la gloria cuando interpretó la canción Cali Pachanguero, la que luego sin
ninguna duda fue elegida la canción de la feria número 27. Fue quizás la noche más
sublime del grupo, desde que se creó la orquesta en los primeros años de los
ochenta.
Que yo recuerde, en Cali hubo tres momentos
estelares de la salsa: el primer concierto de Richie Ray y Bobby Cruz en 1969,
y que el destino quiso que el escritor Andrés Caicedo convirtiera en ídolos
merecidos de su novela “Que viva la
música”; la apoteósica presentación de la Fania en 1980, cuando toda la ciudad se convirtió en un gran paseo
por la Calle Quinta y la gente caminaba apurada y feliz hacia el Coliseo del
Pueblo; y el estreno en la feria de Cali
Pachanguero.
Sin embargo, fue la canción Cali Pachanguero, la puntilla
musical definitiva para clavar en el
mundo de la salsa, ese cartel que se pintaba cada año en la Feria y que
declaraba a Cali como la Capital Mundial de la Salsa.
Ahí fue cuando con todos los honores apareció
un compositor todavía no muy conocido, aunque ya en 1981 había grabado esa
canción tan exitosa como fue Buenaventura y Caney: Jairo Varela, director y fundador del Grupo Niche, quien decía sin pena que él no era músico, solo
compositor, respetando a aquellos artistas que han tenido academia musical.
Varela siempre fue un empírico musical como lo fue el gran Benny Moré; hasta el
punto que Gabriel Rondón, uno de los mejores guitarristas de jazz en Colombia,
dijo de Varela en sus inicios: “carece de
formación musical pero tiene hambre y tiene bagaje callejero”.
Varela siempre en el trascurso de su vida
mostró una terquedad indomable por lograr el sueño de ser un artista través de
un proyecto musical que le diera nuevo oxígeno a la salsa que ya tenía sus
bases en Nueva York y Puerto Rico y había alcanzado un perfil universal en las
grandes ciudades del mundo. Todo empezó cuando a los 8 años su madre Teresa, le
regaló una guitarra y creó un grupito musical llamado La Timba, lo que a la larga fue el primer ladrillo para construir
el Grupo Niche, una de las mejores
orquestas de salsa de Colombia y del mundo. En ese difícil tránsito a la
creación musical, Varela en Bogotá, siendo muy joven, produjo jingles con
Hildebrando Ortiz, el productor de El Club del Clan, el programa pionero de la
música juvenil en la televisión colombiana.
Pero fue en 1984 cuando alcanzó su consagración
definitiva, de la mano de Cali
Pachanguero, que siendo escogida como canción de la feria, el público desde
su estreno, la acogió como un segundo himno de la ciudad de Cali. Incluso
cuando Varela murió en agosto de 2012, existieron serias propuestas de
oficializar esta canción como un himno alternativo de la ciudad; a la par que
la misma fue declarada nuevamente como la canción de la feria de ese año, en
homenaje a Varela. Algo inédito en estos certámenes. Cuenta el periodista y escritor bonaverense,
Medardo Arias, que él conoció los ensayos de la canción en Cartagena, cuando se
celebraba el Festival de Música del Caribe, donde participó el Grupo Niche: “...Después
del Circo de Toros, (donde se celebraba el Festival) el ensayo continuaba en
las noches; las voces, con acordes de trompetas, llegaban hasta las
habitaciones: “De romántica luna/ el
lucero que es lelo…si supieras la pena que un día sentí/ cuando cerca de mí tus
montañas no vi…”.
El origen de la canción, la cuenta el mismo
Jairo Varela: “Cali Pachanguero, es
producto de la nostalgia que sentimos cuando dejamos nuestra tierra. Los
colombianos, expresan bien ese sentimiento cuando se encuentran lejos de casa.
Estábamos en un ensayo y hacia mucho frio en Nueva York; un muchacho nos miraba
por una pared de vidrio y lo invité a entrar. Nos pusimos a hablar y había ido
a Estados Unidos en busca del sueño americano. Ahora, sin la posibilidad de
construir ese sueño, soñaba con un pasaje para regresar a Cali y no volver a
salir nunca más de su ciudad. ¡jamás¡. Ahí está el alma de la canción que se
convirtió en el éxito de mi vida”.
Cali Pachanguero, como Mi
Valle del Cauca y Mi tierra natal,
fueron canciones que se fueron cocinando en la mente de Varela a través del
tiempo y que alcanzaron la consolidación del
artista como uno de los mejores compositores de música en Colombia.
Hay allí un gran secreto.
Registrando un poco la historia personal de
Jairo Varela, se encuentra un camino biológico del ADN artístico en su familia
cercana, a través de su abuelo materno, Eladio Martínez, empresario y
guitarrista, pero especialmente de su madre Teresa Martínez. Era ella poetisa,
novelista, dramaturga, declamadora, pintora, institutora folclórica y
musicóloga. Mujer dinámica, locuaz, emprendedora, y controvertida para su
época. Desde su nacimiento Teresa advirtió la notoriedad de su hijo: “...de tu pálido rostro se advertía un raro interrogante que presagiaba la excelsitud
de tu potente y agitado espíritu, librando la batalla del porvenir cuyos
estampidos los intuía mi corazón a través de tu llanto inconforme y tenaz”.
Cuando de niño le regaló la guitarra, le marcó su destino, porque en adelante
Varela solo pensó en ser músico.
Fue ella su inspiración permanente y la fuente
de su arte; y por eso cuando ella murió y Varela estaba en la cárcel, un juez
no le permitió asistir al funeral y eso amargó un poco su corazón, lo cual
expresó posteriormente en su trabajo discográfico llamado “A prueba de fuego” y con canciones que cuentan esa dura experiencia
carcelaria, como “A prueba de fuego” y “La
cárcel”. Varela fue condenado por enriquecimiento ilícito e hizo parte de
las enredadas investigaciones fiscales del proceso 8.000. Varela siempre se
declaró inocente a pesar de haber pagado varios años de cárcel, lo que no
impidió que el público caleño le reconociera su extraordinario talento y
especialmente el hecho de haber creado un segundo himno de la ciudad con Cali Pachanguero.
Es tal la fuerza del ritmo alegre y también
nostálgico de esta canción, que de verdad se ha ido convirtiendo con el tiempo
en un himno legítimo y popular de los caleños y de los vallecaucanos y también
de los colombianos que viven fuera del país: Un amigo caleño que vive en USA,
alguna vez me confesó que en su nostalgia por la tierra, siempre escuchaba Cali Pachanguero y Colombia Tierra Querida de Lucho Bermúdez.
En ese sentido, cuando las canciones se
convierten en himnos vivos y permanentes, adquieren la condición de memorables
y por supuesto sus autores se convierten en maestros de la composición musical
colombiana. Jairo Varela, por su creación novedosa en el género de la salsa en
un medio de grandes figuras mundiales, ya está en el ranking de nuestros
grandes compositores como Lucho Bermúdez, Pacho Galán, José Barros, Rafael
Escalona, solo para mencionar algunos. El mismo Varela alguna vez manifestó
cuando se enteró de un agravio al maestro Lucho Bermúdez que le hizo el
expresidente Cesar Gaviria al no asistir a su homenaje: “¿Por qué lo hace? ¿Acaso Lucho Bermúdez no representa a nuestro país? ¡Allí
está pintada Colombia!”.
Jairo como ser humano agradecido le hizo un
giño a sus amigos y mecenas: Jairo Obando, el viejito “Cañandonga” y a Manolo Solarte, el dueño de la conocida discoteca El escondite de Cali: en Cali
pachanguero, al final, hay un grito que dice “Oye cañandonga sepárame la mesa” y otro que dice “Manolo escóndeme”.
Pero la saga artística de Jairo Varela se
extendió con la creación de la novela póstuma llamada “El amanecer de los pájaros” que es realmente un reportaje del
escritor Umberto Valverde, donde Varela hace un homenaje a la gente negra del
pacifico y que fue lanzada recientemente.
Cali Pachanguero, tiene dos versiones celebres como son las de
Tito Gómez y la original de Moncho Santana (Luis Alfonso Peña, su verdadero
nombre), que es la versión que se escucha en
esta crónica. Y si quieren llenar más el corazón, por favor le agregan
canciones como “Una aventura”, “Nuestro sueño”. “Mi pueblo natal”. Son formidables.
Cali Pachanguero
Autor: Jairo Varela y Grupo Niche.
Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo
Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo
De romántica luna
el lucero que es lelo
de mirar en tu valle
la mujer que yo quiero
Del jilguero que canta
calles que se levantan
Carnaval en Juanchito
todo un pueblo que inspira
Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo
Cali Pachanguero
Cali, luz de un nuevo cielo
Es por eso que espero
que los días que lejos
cuando dure mi ausencia
sabes bien que me muero
Todos los caminos conducen a ti
si supieras la pena que un día sentí
cuando en frente de mí tus montañas no vi
Que todo, que todo, que todo, que todo que
Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles
Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles
Permita que me arrepienta oh
mi bella cenicienta
de rodillas mi presencia
si mi ausencia fue tu afrenta
Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles
Que noches, que noches tan bonitas
Siloé en sus callecitas
al fondo mi valle en risa
¡Ay!, todito se divisa
Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles
Un clásico en el Pascual
adornado de mujeres sin par
América y Cali a ganar
aquí no se puede empatar
Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles
Barranquilla puerta de oro
París la ciudad luz
Nueva York capital del mundo
del cielo Cali la sucursal
Que todo el mundo te cante
que todo el mundo te mime
celoso estoy pa' que mires
no me voy más ni por miles
A millas siento tu aroma
cualquiera justo razona
que Cali es Cali señoras, señores
lo demás es loma.
Cómo, ah pues,
oye Cañandonga sepárame la mesa,
Ah pues,
Manolo escóndeme
¡Cali!