Crónicas musicales… crónicas sobre canciones
populares muy reconocidas en el mundo.
Por: Ernesto Pino
Dedico esta crónica a todos los fervientes
devotos de una religión musical inspirada en la poesía y las canciones de
Serrat, construida casi silenciosamente en los últimos 50 años; y que de manera inusual nos ha permitido
reconocer categóricamente cómo la música popular de gran calidad nos ayuda a vivir mejor.
Oscar Vargas, el guía espiritual y director
musical del “Grupo Cantar Latino”, se fue de este mundo con la nostalgia de que
Joan Manuel Serrat, una noche de postconcierto, tocó la puerta de su casa en el
barrio San Antonio de Cali y nadie le abrió.
En 1967, un desconocido cantautor
español-catalán llamado Joan Manuel Serrat, apareció de primero en las listas
musicales de España con una canción llamada “Cançó de Matinada”. De ahí en adelante su ascenso musical fue
exuberante tanto por su indiscutible talento, como por un conflicto
inicialmente sin importancia que le dio relevancia internacional: en el año
1.968, Serrat fue escogido para que representara a España en el Festival de
Eurovisión; él aceptó pero con la condición de cantar en catalán la canción “La la la” compuesta por El Dúo Dinámico
(Ramón Arcusa y Manuel de la Calva). Los
promotores de la Televisión Española le respondieron, «Serrat, ¿usted qué quiere ser, un artista internacional o un artista
provinciano?». Serrat renunció a la representación y en su lugar nombraron
a la cantante Massiel, quien cantó en castellano y ganó. El Dúo Dinámico se hizo famoso en Colombia
por canciones-baladas como “Perdóname”
y “Esos ojitos negros”.
Pero la importancia de Serrat en nuestro
continente se acentuó cuando empezó a viajar a México, Argentina, Chile,
Venezuela y Colombia; en una época como los sesenta y setenta, sacudida por
terremotos políticos como la matanza de Tlatelolco, la dictadura militar
argentina, y el derrocamiento cruel de Salvador Allende. América latina siempre
ha sido tan vital en su carrera artística que siempre repite con orgullo, que
él es un “Latinoamericano de Barcelona”:
a Chile solo regresó en 1990 cuando se restauró la democracia y para esa
ocasión recuerda el concierto que celebró en el Estadio Nacional en Santiago,
uno de los más emocionantes de su vida, con una multitud exaltada que durante
dos horas cantó sus canciones.
Serrat es un cantautor que rápidamente rompió
la saga del movimiento baladista de los años sesenta y setenta al irrumpir con
una música novedosa, irreverente, fresca, emotiva e inteligente que nos dio a
conocer de primera mano aquella extraordinaria poesía española prohibida por el
régimen franquista: aprendimos entre otros, a Antonio Machado (el de Cantares), a Miguel Hernández (el de
Elegía y Las nanas de la cebolla), a Rafael Alberti (el de La Paloma) a León Felipe (el de Vencidos) a García Lorca (el de Herido de Amor), a Luis Cernuda (el de Más que a nadie), a Eduardo
Galeano (el de Secreta Mujer y La mala
racha), a Ernesto Cardenal (el de
Epitafio para Joaquín Pasos), o a
Mario Benedetti ( el de Hagamos un
trato, Una mujer desnuda y en lo oscuro, "Defensa de la alegría").
Etc.
Posiblemente Serrat ha grabado y cantado más de
400 canciones, unas más conocidas que otras, posiblemente unas más cantadas que
otras, tal vez algunas muy buenas que hoy no conocemos, algunas muy populares
como “La Mujer que yo quiero” (…tiene muchos defectos dice mi madre y
demasiados huesos dice mi padre), “Cantares” (…caminante no hay camino..),
“Vagabundear” (..harto ya de estar
harto, ya me cansé..), “Aquellas pequeñas cosas” ( ..como un ladrón te acechan
detrás de la puerta..), Lucia (…No hay nada más bello que lo que nunca he
tenido/nada más amado que lo que perdí..), “Pueblo Blanco” (..colgado de un
barranco /duerme mi pueblo blanco/ bajo un cielo que a fuerza de no ver nunca
el mar..); pero de todas juntas como dice el mismo Serrat hay una que es
emblemática y que para los serratinos se nos convirtió en una especie de himno
nacional: Mediterráneo.
En el antiguo Hotel Batlle ubicado en Calella
de Palafrugell, un pueblo costero de Cataluña, Serrat compuso Mediterráneo,
inspirado en cierto modo por los paisajes de esta localidad de la Costa Brava
que le recordaban la importancia de este mar en la historia española y como
testigo fiel y permanente de su existencia. Dice Serrat que Mediterráneo es: “una declaración de amor al mar como espacio
de vida, a la gente que vive de ella….. es un lugar común, de intercambio
cultural, de puentes que han hecho que las civilizaciones se integraran y se
complementaran…” (La Vanguardia, Diario de Barcelona, Sergio Vila-Sanjuán,
Junio 20189).
Esta canción por toda su magnitud artística y
musical, se convirtió en un mito y dio lugar a muchas versiones sobre su
origen. Algunas leyendas urbanas afirman que Serrat compuso Mediterráneo a
finales de 1970, en el encierro que protagonizó en el Monasterio de Montserrat
junto a un grupo de intelectuales y artistas, en señal de protesta por el
proceso de Burgos y en contra de la pena de muerte. El Proceso de Burgos, fue
un juicio iniciado el 3 de diciembre de 1970 en la ciudad española de Burgos
contra dieciséis miembros de la organización terrorista vasca Euskadi Ta
Askatasuna (ETA), acusados de los asesinatos de tres personas durante la
dictadura del General Franco. Las movilizaciones populares y la presión
internacional lograron que las condenas a muerte impuestas a seis de los
encausados no llegaran a ser ejecutadas, siendo conmutadas por penas de reclusión.
Incluso, se llegó a decir que la canción
Mediterráneo, Serrat la compuso como una
venganza dulce y llena de paz contra el General Franco que tanto lo persiguió y
que buscaba que los nietos del dictador algún día la cantaran.
Aunque de verdad, la canción se defiende por sí
sola, al poseer una contextura musical y poética de excelencia; es el mismo
publico el que ha aceptado con una insistencia abrumadora, que Mediterráneo es
una canción histórica.
En efecto, en 2004 fue elegida por votación
popular como la mejor canción de la historia de la música popular en España, en
un programa de Televisión Española, de título “Nuestra mejor canción”. En esa ocasión, Mediterráneo, estuvo por
encima de grandes canciones populares españolas como "Libre", de Nino Bravo; "Corazón partío", de Alejandro Sanz; "Princesa", de Joaquín Sabina;
"Un ramito de violetas"
de Cecilia, “Solo pienso en ti” de
Víctor Manuel, “Himno a la alegría”
de Miguel Ríos, “Piensa en mí” de Luz
Casal, “La puerta de Alcalá” de Ana
Belén Y Víctor Manuel, y “Angelitos
Negros” de Antonio Machin.
Fue también elegida la mejor canción del pop
español por la revista Rolling Stone en 2006:
Mediterráneo, encabeza la lista de las 200
mejores canciones de la historia del pop-rock español, que han elaborado un
total de 156 músicos de todas las épocas y estilos para esta revista
especializada en música popular y con gran aceptación mundial (Diario ABC de
España).
En 2019 fue elegida, en las voces de Andrés
Suárez y Alba Reche, como "la mejor
canción jamás cantada" por votación popular en el programa La mejor
canción jamás cantada, de Televisión Española (rtv.es, marzo de 2019).
A esa canción le sobran méritos y anécdotas.
Les cuento una que solo se da en esta tierra surrealista: en el año 2005,
Serrat hizo un concierto en el teatro Jorge Isaacs de Cali. Allí se hizo
presente Oscar Vargas, la voz mayor del Grupo Cantar Latino, quien emocionado e
incitado con la última canción del evento, Mediterráneo; sin pensarlo dos veces
se coló en el camerino del artista y con el encanto de mago que tenía, les tiró una invitación muy atractiva
al baterista y al bajista de la orquesta de Serrat “…en mi
casa de San Antonio cada viernes hacemos la mejor rumba de músicos de la
ciudad, están invitados con Joan Manuel”, les insistió hasta el cansancio,
dejándoles todos los datos en una hoja de libreta.
Y llegó el viernes y con la memoria perdida,
Oscar decidió que el entrenamiento de Cantar Latino se haría en la casa de
Elías, que cumplía años ese día; así lo hizo y todo el grupo viajó a Jamundí.
Por su parte Serrat y sus músicos con el día libre, decidieron que tenían que
salir y conocer el ambiente lúdico de Cali y que mejor que compartirlo con
otros músicos y por tal razón tomaron muy bien aceptar la invitación de Oscar
Vargas. Bajo la fresca noche caleña, arribaron a San Antonio, buscaron la
dirección de la casa de Oscar y con cierta timidez tocaron la puerta, aunque
extrañados por el silencio. Tocaron varias veces y nadie les abrió; entonces
desconcertados se arrimaron a la tienda más cercana y se tomaron unas cervezas.
El día sábado, Oscar regresó a su casa de San
Antonio y en un momento cualquiera buscó la tienda de Doña Darnelly para calmar
el “guayabo” con una cerveza. La tendera que lo conocía bastante bien se quedó
mirándolo perpleja y directo a los ojos le dijo “…por acá estuvo anoche un tal Serrat con unos músicos que estaban
invitados por usted…”. Oscar la
miró implorando que no fuera verdad, pero ella asintió con pesar. Oscar se
desvaneció en una silla y se tiró los pocos pelos de la cabeza que aun tenia.
Se bogó tres cervezas de un tirón y le dijo a Doña Darnelly “ ..ahora quien me va a creer que le quedé mal
a Serrat y que no le abrí la puerta?”. Oscar nunca creyó que Serrat
aceptaría la invitación y por eso se le olvidó el compromiso. Tampoco nunca
olvidaría que la emoción de escuchar a Mediterráneo hubiese desencadenado
tamaña frustración.
En muchos lugares del mundo se celebra la
música y la poesía hecha canción de Serrat y así será por siempre como lo
venimos haciendo nosotros que en este pequeño hormiguero feliz del planeta (Sevilla-Valle), ya se han realizado seis
Serratiadas. Honor al “Monito” Luis Fernando Gil, su fiel organizador.
Mediterráneo
Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa
y escondido tras las cañas duerme mi primer
amor
llevo tu luz y tu olor por donde quiera que
vaya
y amontonado en tu arena guardo amor, juegos y
penas
Yo que en la piel tengo el sabor amargo del
llanto eterno
que han vertido en ti cien pueblos, de
Algeciras a Estambul
para que pintes de azul sus largas noches de invierno
a fuerza de desventuras tu alma es profunda y
oscura
A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis
ojos
como el recodo al camino
soy cantor, soy embustero
me gusta el juego y el vino, tengo alma de
marinero
¿Qué le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo?
nací en el Mediterráneo
Y te acercas, y te vas después de besar mi
aldea
jugando con la marea te vas pensando en volver
eres como una mujer perfumadita de brea
que se añora y que se quiere, que se conoce y
se teme
Ay, si un día para mi mal viene a buscarme la
parca
empujad al mar mi barca con un levante otoñal
y dejad que el temporal desguace sus alas
blancas
y a mí enterradme sin duelo entre la playa y el
cielo
En la ladera de un monte, más alto que el
horizonte
quiero tener buena vista
mi cuerpo será camino
le daré verde a los pinos y amarillo a la
genista
Cerca del mar, porque yo nací en el
Mediterráneo
nací en el Mediterráneo
nací en el Mediterráneo.